Las dos organizaciones subrayaron que la estrategia solamente será posible si existe un compromiso sólido de los socios mundiales.
Bangkok. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) han unido sus fuerzas para luchar contra la fiebre aftosa (FA) a nivel mundial, presentando este miércoles una estrategia detallada para controlar la devastadora enfermedad ganadera.
Sin embargo, al inaugurar una reunión internacional en Bangkok con el apoyo del Ministerio tailandés de Agricultura y Cooperativas, las dos organizaciones subrayaron que la estrategia solamente será posible si existe un compromiso sólido de los socios mundiales.
Presidiendo la sesión de apertura de la conferencia mundial FAO/OIE en Bangkok, el viceprimer ministro tailandés Chumpol Silpa-archa aseguró que "Tailandia está trabajando para erradicar la FA en 2015 en una zona piloto al este del país, así como a nivel regional de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en 2020".
La FAO está haciendo hincapié en la necesidad de una acción colectiva para mejorar el control de la FA allá donde suponga una pesada carga para millones de agricultores, pastores y operadores comerciales, ya que los "recientes brotes de FA en todo el mundo demuestran que las enfermedades animales no tienen fronteras, pueden tener un impacto devastador y requieren una respuesta global", según señaló el representante regional de la FAO para Asia y el Pacífico, Hiroyuki Konuma.
La fiebre aftosa no constituye una amenaza directa para la salud humana. Sin embargo, la pérdida de oportunidades comerciales para los países afectados es una carga económica mundial y un obstáculo para el desarrollo humano.
Más importante resulta que, para los campesinos más pobres, que a menudo dependen únicamente de unos pocos animales, la fiebre aftosa significa hambre y ruina económica, cortando su única fuente de ingresos y proteína de la carne y la leche.
Estrategia Mundial. "Uno de los principales objetivos de la Estrategia Mundial es permitir el control de la FA en todo el mundo a través del fortalecimiento de los servicios veterinarios encargados del control de las enfermedades animales", explicó el director general de la OIE, Bernard Vallat.
"Los beneficios de la estrategia irán mucho más allá del control de la FA, ya que representa una oportunidad para iniciar medidas a largo plazo que mejorarán la capacidad de los servicios veterinarios para luchar contra otras enfermedades ganaderas de elevado impacto. A nivel regional el programa de la campaña contra la fiebre aftosa en China y el Sudeste Asiático (Seacfmd, por sus siglas en inglés) gestionado por la OIE Bangkok está considerado como un modelo muy eficiente ", añadió.
"La exitosa erradicación de la peste bovina, un esfuerzo conjunto de científicos, gobiernos, donantes, veterinarios y agricultores, demuestra claramente que la amenaza de las principales enfermedades se puede reducir e incluso eliminar", aseguró el jefe del Servicio Veterinario de la FAO, Juan Lubroth.
"Podríamos aplicar las enseñanzas aprendidas y los enfoques adecuados a la fiebre aftosa: mejor vigilancia, coordinación y control para reducir los brotes de FA y finalmente eliminar el virus, y para garantizar la seguridad alimentaria, la sanidad animal y la salud humana", añadió.
La Estrategia Mundial combina dos herramientas desarrolladas por la FAO y la OIE. La herramienta de la OIE, llamada Evaluación de las Prestaciones de los Servicios Veterinarios (PVS, por sus siglas en inglés), evalúa los servicios veterinarios nacionales con el objetivo del cumplimiento de las normas de calidad de la OIE.
Unos servicios veterinarios fiables garantizan la calidad y seguridad de la producción ganadera. A su vez, unos sistemas veterinarios sólidos protegen la seguridad de las fuentes alimentarias, el comercio y la sanidad animal, y como tal, son un bien público mundial.
La FAO desarrolló la senda progresiva de control para la fiebre aftosa, la PCP-FMD (por sus siglas en inglés), que guía a los países a través de una serie de pasos graduales para gestionar mejor los riesgos de la FA, empezando por la vigilancia activa para determinar qué tipos de cepas del virus de la FA están circulando en el país y las zonas colindantes.
El proceso lleva continuamente a los países a mejorar los niveles de control de la FA y, por tanto, a una eventual apertura al comercio y los mercados internacionales.
Un pilar fundamental de la PCP-FA conlleva coordinar los esfuerzos con los países de la misma región para controlar la enfermedad de forma sistemática a través de las permeables fronteras nacionales.
El objetivo de la Estrategia Global de la FA es reducir el impacto de la FA en todo el mundo, disminuyendo el número de brotes de enfermedades en los países infectados hasta que en última instancia se alcance la condición de libre de fiebre aftosa, y manteniendo ese estado oficial en aquellos países que ya estén libres de la enfermedad.
Muchos países se encuentran en las primeras etapas de control de la FA y la PCP-FMD compara el progreso con el objetivo de solicitar eventualmente a la OIE el reconocimiento oficial de sus programas nacionales de control y de su condición de libre de fiebre aftosa, con o sin vacunación.
La Estrategia Mundial de la FA ha sido desarrollada por la FAO y la OIE en el contexto de su marco mundial para el control progresivo de las enfermedades transfronterizas de los animales (GF-TAD, por sus siglas en inglés), en colaboración con expertos, países y donantes seleccionados, así como con organizaciones regionales e internacionales.
Se hace especial hincapié en las regiones del mundo donde la enfermedad es endémica, incluyendo la mayor parte del África subsahariana, Oriente Medio y Asia.
La estrategia contribuye significativamente a la reducción de la pobreza mediante el aumento de las oportunidades comerciales y la contribución y protección de los ingresos diarios de los mil millones de agricultores pobres en todo el mundo que dependen de la ganadería.
Pérdidas billonarias. Aunque en raras ocasiones la FA es mortal, la enfermedad puede provocar elevada mortalidad en animales jóvenes y recién nacidos, pérdida de peso, reducción de la producción de leche y menor fertilidad.
El coste anual mundial de la FA en términos de pérdidas de producción y necesidades de prevención mediante vacunación se ha estimado en aproximadamente US$5.000 millones.
En un grave brote en 2001 en el Reino Unido, se estima que el impacto directos e indirectos tuvieron un coste US$30.000 millones.
Los brotes anteriores supusieron gastos similares: en 1997 una gran epidemia en la provincia china de Taiwán costó a la economía US$15.000 millones, mientras que Italia sufrió en 1993 unas pérdidas económicas de US$130.000 millones.
Más de 100 países asisten a la reunión FAO OIE en Bangkok.