La firma subraya que la unión de los dos grupos generaría sinergias brutas anuales de unos 3.700 millones de euros (US$4.114 millones) con costes de implementación de 2.800 millones de euros (US$3.113 millones).
La agencia de calificación crediticia Fitch considera que las sinergias resultantes de la posible fusión entre los fabricantes de automóviles Fiat Chrysler Automobiles (FCA) y el francés PSA, fabricante de Peugeot, Citroën u Opel, podrían ser un factor de crédito positivo a medio plazo.
En un comunicado publicado este viernes en su página web, la firma subraya que la unión de los dos grupos generaría sinergias brutas anuales de unos 3.700 millones de euros (US$4.114 millones) con costes de implementación de 2.800 millones de euros (US$3.113 millones).
"Los productos clave que se lanzarán en los próximos dos o tres años ya se han desarrollado por separado, y pasarán algunos años antes de que se puedan desarrollar motores y plataformas conjuntas y consolidar las alineaciones de vehículos", asegura Fitch.
La agencia indica que la unión entre Fiat y PSA crearía el cuarto fabricante de automóviles del mundo y tendría "posiciones líderes en la mayoría de los mercados clave, marcas fuertes y una amplia diversificación geográfica y de productos".
"No obstante, creemos que cualquier beneficio demorará al menos dos o tres años en materializarse", asegura la agencia.
El grupo combinado se beneficiará de una amplia diversificación geográfica. PSA tiene una presencia significativa en Europa, mientras que la mayoría de los ingresos de Fiat provienen de América del Norte.
Según las ventas pro forma, la entidad combinada PSA-FCA sería el segundo mayor fabricante de automóviles en Europa y uno de los cuatro primeros en América del Norte. En América del Sur, Fiat Chrysler es fuerte en Brasil, mientras que PSA tiene una posición sólida en Argentina. China, sin embargo, seguiría siendo una debilidad.
La agencia advierte que las decisiones futuras de los accionistas de PSA y FCA serán cruciales para garantizar una integración fluida de las operaciones. Así considera que coordinar los intereses de varios accionistas "puede ser un desafío": el Estado francés, la familia Peugeot y Dongfeng Motors poseen cada uno una participación del 12,2% en PSA, mientras que la familia Agnelli controla el 29% de FCA.
Italia no posee ninguna participación en FCA, pero tanto el gobierno francés como el italiano podrían desempeñar un papel en la definición de la futura huella industrial del grupo combinado en Europa y en las decisiones de racionalizar la estructura de costes del grupo.