"Sidetur ejercerá las acciones legales destinadas a resguardar los derechos e intereses de sus trabajadores, clientes, proveedores y accionistas en el contexto del proceso de expropiación anunciado por el Ejecutivo nacional" anunció su firma controladora, Sivensa.
Caracas. El grupo controlador de la acería Sidetur, la familia Machado, no se va a quedar tranquilo con la determinación del gobierno venezolano de expropiar la compañía, como se anunció el domingo, dijeron personeros ligados a la firma.
"Sivensa va a pelear a Sidetur hasta el final, ellos van a demostrar que han estado ajustados a derecho, en todas las actuaciones que involucran a la compañía. Los Machado tienen pulmón para hacerlo", dijo una fuente ligada a la empresa.
De hecho, en un comunicado de prensa firmado por la directiva de la acería, que circuló ayer, horas después de la expropiación, se deja ver que "Sidetur ejercerá las acciones legales destinadas a resguardar los derechos e intereses de sus trabajadores, clientes, proveedores y accionistas en el contexto del proceso de expropiación anunciado por el Ejecutivo nacional. En particular, Sidetur velará por el respeto de las garantías establecidas en la Constitución de 1999 y en la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública y Social del año 2002", reza el texto.
"Sidetur es para el sector acerero, lo que es Polar para el de alimentos, sobre todo en el acero para la construcción, por lo que suena difícil no actuar, más aún cuando los argumentos son tan baladíes como que vendías al Estado las cabillas, que están reguladas por el mismo Gobierno, a precios escandalosos, según se sobreentiende de la exageración presidencial", comenta el industrial.
Tan importante es esta acería expropiada, señala, que el Estado se quedará con 95% de la producción nacional de cabillas y una enorme lista de productos que solamente se producen en Sidetur. El único bastión que queda en manos privadas es Sizuca, una acería de menor escala que produce cerca de 100.000 toneladas al año, cuyos dueños, un grupo carioca llamado Gerdau, hacen vida en el Zulia.
Fuentes de la Asociación de Industriales Metalúrgicos y Metalmecánicos señalaron por su parte que esta acería era la empresa privada asociada más grande del organismo, lo que significa una baja sensible para el sector.
La bola de nieve que arrastrará esta expropiación amenaza con ser preocupante para la economía del país. Varios sectores se verán sensiblemente afectados, entre ellos construcción, petróleo y automotriz.
Esta noticia, dicen integrantes del rubro, se condimenta con los poco halagüeños indicadores del sector que han evidenciado una contracción de casi 9% del PIB en el primer semestre del año. Por su parte, el BCV documenta en sus estadísticas que en ese período la contracción fue de 5%.
Datos de la Aimm indican que el volumen de producción entre junio de 2009 y junio de 2010 se desplomó 25%.
Estiman además que el consumo que, en tiempos normales, ascendía a unas 800.000 toneladas anuales, retrocedió a 600.000 toneladas o inclusive menos. Y para completar, se calcula que la capacidad ociosa gira en torno a 50%.
Pese al panorama, Sivensa desembolsó US$43 millones para optimizar sus líneas de producción y continuar satisfaciendo la demanda interna. Y al mismo tiempo mantener su nómina de 1.857 trabajadores, y la generación de más de 5.000 empleos indirectos.
Entre los análisis que han esbozado algunos expertos, señalan que en esta ocasión el Gobierno aplica para la toma una figura llamada "expoliación", que consiste en la apropiación de algo que pertenece a otra persona de forma violenta o injusta.
El sector de la construcción, doblemente golpeado por el presidente Hugo Chávez, en su último programa dominical, tanto por lo que implica la estatización de Sidetur como por la expropiación de seis complejos habitacionales, levantó su voz de alarma.
Estas medidas, estiman los directivos de la Cámara de la Construcción, ponen en riesgo planes importantes en materia de vivienda. La incertidumbre en la entrega de insumos preocupa visiblemente al gremio.
Fuentes comentaron que el déficit de cabillas en los últimos años ha crecido, no solo porque no es negocio producir cabillas, sino por el contrabando de extracción que ha colocado "en tres y dos" a los consumidores locales.
"Se habla de cupos y mafias en Sidor para lograr algo de insumo, el tema es que esta acería del Estado se ha visto en la necesidad de importar cabillas, cosa que ocurre por primera vez en la historia del país. Su producción, que podría estar en el orden de las 800.000 toneladas al año, gira en torno a 200.000 toneladas en el mejor de los casos", comentó una fuente de Sidor.