El gigante petrolero confirmó que aumentará su dividendo trimestral por primera vez en casi cuatro años, con una oferta de 10,25 centavos por acción, incremento de 2,5%. La firma recompró acciones por US$200 millones en el primer semestre.
Londres. Precios más altos del crudo y mayor producción ayudaron a BP a cuadruplicar sus utilidades del segundo trimestre en comparación a un año atrás, en la medida en que el gigante petrolero finalmente va dejando atrás las consecuencias del accidente en Deepwater Horizon y la reciente baja del barril.
BP confirmó que aumentará su dividendo trimestral por primera vez en casi cuatro años, con una oferta de 10,25 centavos por acción, incremento de 2,5%. La firma recompró acciones por US$200 millones en el primer semestre.
A las 1335 GMT, las acciones de BP subían un 1,43%.
En otra señal de recuperación, BP acordó la semana pasada la compra de los activos de esquisto y gas en Estados Unidos a la minera global BHP Billiton por US$10.500 millones.
El acuerdo, la primera gran adquisición de BP en 20 años, marcó un punto de inflexión para la empresa en Estados Unidos mientras busca dejar atrás las consecuencias de una mortal explosión en su plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México, que le significó un costo de US$65.000 millones.
Los futuros del crudo referencial Brent, actualmente en más de US$74 por barril, subieron cerca de 16% en el primer semestre y han escalado alrededor de 60% desde junio de 2017.
La producción de BP en los primeros seis meses del año fue de 3.662 millones de barriles de petróleo equivalente por día, incluyendo la producción en la rusa Rosneft, en la que posee poco menos de un quinto, desde 3.544 millones de barriles de petróleo equivalente por día previamente.
Eso contribuyó a que la ganancia de costos de reemplazo subyacentes -su definición de utilidad neta- subiera a US$2.800 millones, superando la estimación de US$2.700 millones, según un sondeo entre analistas entregado por la compañía.
Los resultados del segundo trimestre han sido dispares para las principales petroleras del mundo. Total superó previsiones y elevó las metas de producción, mientras que Shell lanzó un programa de recompra de acciones de US$25.000 millones, pese a que incumplió las expectativas.
Por su parte, las gigantes estadounidenses Exxon Mobil Corp y Chevron Corp decepcionaron a Wall Street con sus resultados.