El director general para Latinoamérica de Gas Natural, Sergi Aranda, explicó que esta región va a ser una de las patas de crecimiento más importantes del grupo por las oportunidades como mercado emergente y por las buenas perspectivas de la economía brasileña.
Madrid. Apoyada en su experiencia de más de 20 años en la región y gracias a la integración de los activos de Fenosa, Gas Natural espera conseguir un crecimiento sostenido de doble dígito en el Ebitda de sus negocios en Latinoamérica.
Para cumplir con este objetivo, la gasista española contemplará como mercados preferentes de sus inversiones Brasil, México y Colombia.
En una entrevista con Reuters, el director general para Latinoamérica de Gas Natural, Sergi Aranda, explicó que esta región va a ser una de las patas de crecimiento más importantes del grupo -supone ya más de una cuarta parte de su Ebitda- por las oportunidades como mercado emergente y por las buenas perspectivas de la economía brasileña.
"El Ebitda (resultado bruto de explotación) en Latinoamérica creció 22% en 2010, nuestro plan es continuar con crecimiento de dos dígitos, pero no tan alto como el conseguido en 2010", dijo Aranda.
El directivo cree que el país sudamericano va a ser la cuarta potencia mundial en un corto espacio de tiempo, lo que va a disparar sus necesidades de energía, y explicó que las agencias locales han cifrado en 44.000 megavatios frente a los 75.000 megavatios que va a necesitar toda la región hasta 2016.
Gas Natural buscará oportunidades para desarrollar las redes gasistas de Brasil que ofrezcan soporte a la fuerte dependencia de la energía hidroeléctrica que tiene el país, explicó Aranda, mientras que en Colombia se centrará en la distribución eléctrica.
"Están hablando en Brasil que el gas natural tiene que tener más peso (en el mix energético) (...) hay un gran peso de hidroeléctrica, casi el 80% de generación en el país es de hidráulica, con el problema estacional de lluvias y no lluvias. Brasil tiene temporadas de sequías y necesita backup, como sabéis el único que aporta esta flexibilidad es el gas", aseguró.
Gas Natural está presente en 10 países con cerca de 10 millones de clientes en Latinoamérica, una región en la que ha forjado su presencia con pequeñas compras, complementadas gracias a los activos adquiridos en la fusión con Fenosa, frente a la estrategia de otros competidores, que han realizado grandes adquisiciones como la reciente compra de Elektro por Iberdrola.
De hecho, la gasista estará atenta para aprovechar oportunidades de crecimiento no orgánico en el proceso de reorganización empresarial en Brasil, donde la compra de Elektro por Iberdrola puede desatar un proceso de concentración con otras compañías.
"Tras la venta de activos Ashmore (entre los que se incluía Elektro) podríamos estar interesados en la segunda vuelta de ventas, si la hay", afirmó.
También en Perú el grupo estará atento a posibles desarrollos, un país donde observan cada vez mayores signos de estabilidad política.
"En este momento desde el gobierno de Alán García algunas dudas que había se han ido despejando y este país es realmente interesante para el inversor y hay oportunidades importantes en infraestructuras", explicó.
Más activos. La estrategia del grupo pasa por ganar peso en su negocio de generación una vez finalizado el proceso desinversor tras su fusión con Fenosa con la venta de su participación en la colombiana EPSA y una planta de ciclo combinado en México.
"El proceso de desinversiones está terminado. Ahora será rotación de activos no estratégicos. No tenemos nada a la venta, pero si alguien me ofrece algo a un buen precio en un mercado que no es clave para nosotros, nos lo plantearíamos", explicó Aranda.
El grupo financia sus operaciones en la región en moneda local, por lo que no descarta posibles emisiones de bonos u obligaciones a través de las sociedades que controla en el corto o medio plazo.
"Las desinversiones en generación en México y Colombia nos dejaron cojos en generación, el plan es recuperar estas posiciones", dijo el ejecutivo.
Gas Natural cuenta con un total de 2.556 megavatios instalados en Latinoamérica, después de completar en agosto del año pasado una central de ciclo combinado en Durango, México, con una potencia de 450 megavatios.