Desde que comenzó el año se ha pospuesto en al menos tres ocasiones la firma del contrato entre el Estado uruguayo y la compañía india Zamin Ferrous.
Montevideo. Impulsado por el presidente José Mujica como la gallina de los huevos de oro para Uruguay, un gigante proyecto minero de la firma india Zamin Ferrous está poniendo a prueba el tesón del mandatario y su famoso mensaje ecologista de que el consumismo desaforado está destruyendo al planeta.
Desde que comenzó el año se ha pospuesto en al menos tres ocasiones la firma del contrato entre el Estado uruguayo y la compañía india, un convenio que pondría fin a un periplo de al menos tres años, casi el mismo tiempo que lleva en el poder el gobernante (2010-2015).
Frente a la expectativa de que se concrete el acuerdo a fines de este mes, el pasado lunes centenares de ecologistas protestaron ante la sede presidencial uruguaya contra el proyecto, una gigantesca mina de hierro a cielo abierto en el corazón del país, bautizado como Aratirí.
Zamin Ferrous pretende invertir más de US$1.000 millones en un complejo minero de 6.210 hectáreas, un mineroducto de 212 kilómetros y un puerto de aguas profundas en el océano Atlántico para exportar 18 millones de toneladas de hierro al año.
El acuerdo se iba a cerrar primero en 2011, pero presiones de grupos ambientalistas y políticos obligaron al gobierno a modificar la ley minera para acomodarla a un proyecto de una envergadura sin precedentes en el país.
La nueva norma, aprobada el año pasado, permitirá al Estado recaudar US$450 millones anuales, correspondientes al 50% de la extracción de minerales, según las proyecciones del gobierno.
Uno de los líderes de la manifestación del lunes, Germán Parula, de la Asamblea Pachamama Uruguay, consideró esas cifras "una ilusión" al recordar que "las mineras en América Latina no dejan más del 20% de sus ganancias en cánones".
En enero, el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, defendió la propuesta con el argumento de que, además de "la capacidad de recaudación por parte del Estado", la nueva ley "refuerza las exigencias ambientales".
El ministro aseguró que la presencia de magnetita en la zona donde se instalará Aratirí va a permitir el uso de métodos magnéticos en el proceso central de separación del hierro y, por lo tanto, no va a requerir de la intervención de químicos.
Por contra, el opositor Partido Nacional afirmó esta semana, en un comunicado en el que rechazaba la iniciativa, que según la ONG Movimiento Uruguay Libre la empresa se va a ver obligada a usar 1.700 toneladas diarias de poliacrilamida, un floculante orgánico que puede causar cáncer y lesiones genéticas.
Kreimerman hizo hincapié también en que la nueva ley implica la realización de "un plan determinado de cierre, de recomposición del territorio" una vez concluida la explotación a cielo abierto, en alusión a los cientos de hectáreas de cráteres que ésta va a dejar.
Al respecto, el columnista Marcelo Jelen, del rotativo La Diaria, afín al gobierno de Mujica, recordaba este viernes que, según estimó en 2008 la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, "devolver las rocas residuales a la cantera duplica el costo del vertido, un factor crítico en las ganancias".
"¿Qué se podrá hacer allí? ¿Un parque de rock climbing? ¿Torneos de clavado de altura? ¿Cría de cabras? ¿Como sufrirían la tierra, el aire y las aguas si cayeran allí lluvias como las de estas semanas?", se preguntaba.
Mujica reconoció en enero la falta de "experiencia" del país en el sector pero aseguró que "500 hectáreas directas de minería" son "una cantidad mínima" en comparación con los 16 millones que en Uruguay se dedican a la forestación, la agricultura y la ganadería.
"Sabemos que eso es totalmente reconstruible a posteriori porque sobran ejemplos en el mundo", añadió el mandatario, cuya invocación a la reforma del modelo económico para salvar al planeta en un discurso en la Conferencia de la ONU sobre el Desarrollo Sostenible Río+20, en 2012, se convirtió en un video viral en internet.
Hace unas semanas, Jelen recordaba en La Diaria que en poco tiempo el gobernante ha pasado "de caudillo pintoresco a líder de opinión de alcance universal", en un artículo sobre la recta final de su mandato.
El texto concluía, sin embargo, con una invitación a Mujica para que explique en el futuro "cómo se compaginan sus convicciones más básicas e interesantes sobre el hiperconsumo y la propiedad social de la tierra con los modelos de desarrollo basados sobre el cultivo de grandes extensiones de transgénicos, la explotación forestal-celulósica, la minería a cielo abierto, las fuentes fósiles de energía y la instalación de megapuertos".
En una de sus últimas declaraciones sobre el asunto, el presidente uruguayo pidió a los diferentes actores de la opinión pública no ser "tan pasionales" sobre la cuestión.