En una subasta el Gobierno brasileño subastó tres terminales situadas en el estado de Paraíba (noreste del país) y en Vitória (sureste), capital del Espirito Santo, para los próximos 25 años.
Rio de Janeiro.- El Gobierno brasileño recaudó hoy 219,5 millones de reales (US$56,2 millones) con la licitación de cuatro puertos de almacenamiento y traslado de combustibles, dentro del plan de desinversiones del Estado para hacer caja, informaron fuentes oficiales.
En una subasta realizada en la Bolsa de Valores de Sao Paulo, el Gobierno brasileño subastó tres terminales situadas en el estado de Paraíba (noreste del país) y en Vitória (sureste), capital del Espirito Santo, para los próximos 25 años. Se prevé que las empresas ganadoras inviertan 199 millones de reales (US$51 millones) para mejorar las instalaciones.
El gran ganador en la licitación fue el consorcio Nordeste, formado por las brasileñas Raízen, Ipiranga y BR-Distribuidora, que se adjudicó las tres áreas del Puerto de Cabedelo, en Paraíba, por un total de 54,5 millones de reales (US$14 millones).
Ya el puerto de Vitória se lo llevó el consorcio Navegantes Logística, formado por las mismas empresas, que pagaron 165 millones de reales (US$42 millones) y prometieron inversiones por 128 millones de reales (US$32,8 millones).
El ministro de Infraestructuras, Tarcísio de Freitas, afirmó que la licitación superó las expectativas del Gobierno, lo que demuestra la confianza que el mercado tiene en la actual Administración, algo que puede ser positivo para las próximas subastas en el sector.
El ministro agregó que el Gobierno pretende licitar otras seis terminales portuarias a inicios de abril, todas ellas en el estado de Pará, en el norte del país, y que prepara la licitación de otras terminales en el Puerto de Santos, el mayor de Sudamérica, y en el de Paranaguá, en el estado de Paraná (sur).
La semana pasada el Gobierno brasileño subastó 12 aeropuertos, por los que recaudó 2.377 millones de reales (US$unos 625 millones).
Las licitaciones forman parte del plan económico del Gobierno de Jair Bolsonaro para recaudar dinero con el que hacer frente a las deficitarias cuentas públicas brasileñas.