La inversión estimada alcanza a unos US$3.200 millones y su potencia fortalecería al sistema eléctrico chileno, cada vez más debilitado por una demanda creciente y una oferta restringida y cara por el uso intensivo de fuentes como diesel, carbón y gas, que Chile no produce.
El Consejo de Ministros del gobierno chileno ya está reunido analizando las 35 reclamaciones presentadas en contra de la Resolución de calificación Ambiental otorgada en 2011 al proyecto hidroeléctrico Hidroaysén, el cual este martes podría ver zanjado su destino.
De su aceptación o rechazo depende la sobrevida de la idea impulsada desde 2007 por Endesa Chile, filial de su homónima española y la generadora local Colbún, para crear un complejo de cinco centrales hidroeléctricas en los ríos Baker y Pascua, en la austral región de Aysén, para producir unos 2.750 megavatios de electricidad.
La inversión estimada alcanza a unos US$3.200 millones y su potencia fortalecería al sistema eléctrico chileno, cada vez más debilitado por una demanda creciente y una oferta restringida y cara por el uso intensivo de fuentes como diesel, carbón y gas, que Chile no produce.
Pero esos argumentos no convencen a los opositores al proyecto, representados por grupos ambientalistas y comunidades de la zona involucrada, que rechazan lo que ellos consideran una "intervención destructiva" en una de las pocas regiones chilenas que aún mantiene sus imponentes atributos naturales en estado casi virgen.
Por lo pronto, ni Endesa ni Colbún se han pronunciado abiertamente sobre el tema y se han limitado a señalar que todas las autorizaciones obtenidas hasta ahora para realizar el proyecto están "al amparo de la institucionalidad vigente y conforme a los más altos estándares internacionales técnicos y ambientales".
No obstante, todo indica que esos argumentos no serían suficientes para el actual comité de ministros, ya que incluso antes de asumir el poder la presidenta chilena Michelle Bachelet anticipó que tal como estaba actualmente Hidroaysén era "un proyecto muerto".
Pero incluso en un escenario adverso, las empresas podrían recurrir nuevamente a los tribunales para revertir un rechazo del gobierno a Hidroaysén.
Ello, siempre y cuando las compañías decidan seguir dando una batalla que ya se ha prolongado demasiado y con un resultado a estas alturas totalmente incierto.
*Con información de Efe.