Rafael Neira, vicepresidente contralor del Grupo Aval, sostuvo que en las juntas directivas Odebrecht siempre los derrotaba a la hora de tomar decisiones en la Concesionaria Ruta del Sol. Agregó que sospecharon de robos, mas no de sobornos.
En medio del escándalo que desataron las grabaciones de Jorge Enrique Pizano con el hoy fiscal general, Néstor Humberto Martínez, el Grupo Aval explica cómo actuaron en el momento en el que el excontroller de la Ruta del Sol entregó sus informes con las alertas por contratación irregular. El vicepresidente de la Contraloría Corporativa del Grupo Aval, Rafael Neira Torres, habló con este diario y sostuvo que Pizano en sus correos y reportes nunca señaló sospecha de sobornos. Agregó que se reunió con Pizano 11 veces —varios de esos encuentros quedaron grabados— para adelantar las investigaciones sobre la Ruta del Sol 2.
¿Cuándo recibió el Grupo Aval la primera alerta sobre irregularidades?
Nosotros éramos socios minoritarios en la Concesionaria Ruta del Sol (con el 33 %) y, cuando eso pasa, una empresa solo tiene representación a través de los revisores fiscales, que informan en asamblea cómo está la situación. El revisor era PriceWaterhouse Coopers, que en los siete años que estuvo siempre presentó informes sin ningún tipo de salvedad ni sospecha. La primera alerta no es de Jorge Pizano. Fue el 19 de junio de 2015, cuando a Marcelo Odebrecht lo meten a la cárcel. El 24 de junio hay junta directiva de la Corporación Financiera Colombiana (Corficolombiana) y allí el presidente de ese entonces, José Elías Melo, informa que ha estado hablando con los señores brasileños, quienes le dicen que el tema de Odebrecht era político, asociado al expresidente (Luis Ignacio) Lula. La junta le pide al presidente (Melo) estar muy pendiente de este tema.
¿Qué pasó después?
A renglón seguido, un funcionario de Corficolombiana llama a Jorge Pizano para que presente un informe de su trabajo. Hay que dejar claro que el doctor Pizano dependía del presidente de la Concesionaria (Eder Ferracuti) y que Corficolombiana lo único que había hecho era postularlo. El día siguiente, el 25 de junio de 2015, Pizano envió un documento a Corficolombiana, con copia a José Elías Melo, en el que informa que ha hecho un proceso para evitar lavado de activos y que ha tenido dificultad para que le sea entregada toda la información necesaria para hacer los cruces de la contratación. Y señaló cinco casos de proveedores. En este primer informe Pizano no mencionó ningún tipo de preocupación, anomalía o sospecha de algo diferente a no tener toda la documentación.
Pero, Pizano alertó desde 2012 que los directivos de la Concesionaria Ruta del Sol no le enviaban la información contractual.
Correcto. Pero, en ese reporte del 25 de julio de 2015, que fue por solicitud de Corficolombiana, no denotó ninguna preocupación diferente. Además, les había pedido a algunos miembros del Grupo Aval que nos representan en la junta directiva de la Concesionaria que le ayudaran a ver si los brasileños le entregaban la información. Frente a las alertas que emitió desde 2012 sobre la omisión de la entrega de información, Pizano dirigió correos a personas de Corficolombiana solicitando un frente común de ayuda, porque nosotros no teníamos ninguna injerencia en la administración de la Ruta del Sol 2.
¿El único cargo que podía nombrar el Grupo Aval en la Concesionaria era el gerente contractual y el controller?
Sí, pero el controller dependía, así como sus honorarios y sus instrucciones, directamente de la Concesionaria. Yo tengo un correo en el que Corficolombiana le dijo a Jorge Pizano que llevara esto a la junta directiva para poder apoyarlo, porque la administración la tenían los señores de Odebrecht. En ese momento, él contesta que sí, pero que recordaran que él dependía de Eder Ferracuti. Pizano ratificó allí algo diferente de lo que ha venido saliendo en los medios: que él dependía de Corficolombiana, cuando no era así.
En un acta de la junta directiva de la concesionaria del 30 de enero de 2015, Alberto Mariño, representante del Grupo Aval, dijo que tenía preocupaciones por el contrato de Presoam. ¿Qué hicieron en ese momento?
Javier Mejía, gerente contractual de Consol (la sociedad que se creó para administrar el desarrollo de las obras de la Ruta del Sol 2), tenía una gran preocupación, porque dentro de Consol, un señor de apellido Oliveira, según cuentan ellos, había hecho unos robos que llegaban a los $7.000 millones. Al parecer la plata la sacó a través de una estación de gasolina y el resto por otros contratos. Los brasileños pusieron una denuncia y el señor desapareció. Esto se genera porque se estaban presentando algunas debilidades de parte de Odebrecht.
¿Cuándo inició su investigación para determinar las irregularidades en la Concesionaria?
Conocí a Pizano el 15 de septiembre de 2015, época en la que me contó sobre su trabajo. Me reuní con él 11 veces, pero Jorge no tenía la documentación para demostrar sus sospechas porque los señores de Odebrecht no se la entregaban. Por eso Pizano le dijo a Corficolombiana: “Mire, ni siquiera los señores de PriceWaterhouseCoopers me están entregando información de los estados financieros”. Se refería obviamente a la administración de Odebrecht.
¿Se refiere a Eder Paolo Ferracuti, presidente de la Concesionaria?
Ese señor parece ser que le tomó del pelo (a Pizano) y a Corficolombiana. Lo que hizo en ese momento fue, con los miembros de junta directiva, pedir que le dieran la información. Hay un correo de Jorge agradeciéndole a la Corporación la labor de ayudar a pedir que le dieran la información. Después de eso, Pizano no vuelve a decir que no le están entregando información.
¿Pizano alerta el 25 de junio de 2015 de unos pagos irregulares mediante contratos de la Ruta del Sol?
No. Él primero envía un informe por la solicitud que le hizo Corficolombiana. Pero el informe no habla de ninguna irregularidad, sino de que no le están dando toda la información. No habla nada diferente a eso. Dice que hay cinco proveedores de los que no tiene la información suficiente para poderlos cruzar. Pero si ven los correos, lo que hace Alberto Mariño y la gente que está representando a Episol (socia de Odebrecht en la Ruta del Sol 2, que pertenece a Corficolombiana) es decirles a los brasileños que le den la información a Pizano.
Ahí es cuando Pizano acude a Néstor Humberto Martínez para entregarle la información que había recolectado…
Ese pedazo no lo conozco. Yo conocí a Pizano el 15 de septiembre de 2015.
El fiscal Martínez dice que los datos que le entregó Pizano se los dio a la vicepresidencia de la Contraloría del Grupo Aval. Es decir, a usted. ¿Qué sucedió?
Sí. Una vez conozco a Pizano, nos sentamos 11 veces a revisar qué información tenía. Lamentablemente, eran algunos contratos que había conseguido, pero no de forma oficial. Esos contratos ni siquiera estaban firmados. Le dije que tenía que conseguir la información oficialmente. Y es así como después del 20 de septiembre, un domingo, le escribe al jurídico de la Concesionaria que necesitaba tales y tales contratos, porque no teníamos las evidencias y no era posible establecer qué compañías eran y en dónde estaban concretamente las dudas.
¿La investigación toma curso cuando le entregan los contratos formalmente a Pizano?
Como los señores de Odebrecht no le entregaban información, era muy difícil concretar algo porque no había evidencias. Se le hace un cuestionario a Javier Mejía y a Jorge Pizano para que contestaran cada uno de esos temas: si tenían evidencias, si había problemas con la compañía. La información después de esas reuniones no fue concreta.
Cuando finalmente Odebrecht le entregó a Pizano la información, ¿qué hicieron?
Ya con los contratos, realizamos un cuadro con toda la información que teníamos. Después, les entregamos a Odebrecht las dudas. En Odebrecht hicieron un comité de ética. Reunieron a diez personas, hicieron una investigación y nos contestaron el 24 de noviembre de 2015. Cada caso de los que cuestionamos estaba soportado, tenían las facturas, los diseños, si había una factura en donde contrataban a alguien para que hiciera un informe jurídico, estaban los estudios.
¿Por qué la investigación la hace Odebrecht y no ustedes?
Los únicos que podían tener la información eran ellos. Nosotros no podíamos hacer ninguna auditoría, porque eso es como si Coca-Cola compra unas acciones de Pepsi-Cola y luego dice que va a hacer una auditoría. Nos mandan para el carajo porque lo único a lo que teníamos derecho, según el Código de Comercio, es a presentar las dudas en una asamblea. Nosotros no éramos nadie, lo único que podíamos utilizar era que Pizano, que ya estaba nombrado, solicitara información. Nos entregaron un documento firmado por el presidente de la Concesionaria y el gerente de Consol, en el que cada una de las inquietudes las justificaban.
¿Eso fue suficiente?
Nos quedamos sin elementos para decirles que no era cierto, porque ellos decían que tenían todas las pruebas. En uno de los comentarios del informe dicen que están siendo auditados por PriceWaterhouseCoopers y no había cuestionamiento alguno. Nosotros de todas maneras, le pusimos un ejemplo con el contrato de asesoría de Profesionales de Bolsa (hoy se conoce que esa empresa sirvió como vehículo para el pago de sobornos). ¿Cómo es posible que ustedes los contraten cuando Corficolombiana es experta en la parte financiera y no había necesidad de hacerlo? En la junta nos opusimos a esa contratación, pero los señores de Odebrecht citaron nuevamente a junta, votan por mayoría y nos ganan.
¿Qué determinación tomaron después de ver que los iban a derrotar siempre en junta?
Lamentablemente cuando uno es minoritario, la ley favorece al mayoritario y no se puede hacer nada. Cuando nos entregaron el informe les dijimos que no estábamos de acuerdo con que hubieran hecho unos gastos que eran innecesarios y pedimos que se devolviera el dinero. En algunos medios se ha dicho que ese dinero era para el Grupo Aval y no, ese dinero era para la Concesionaria Ruta del Sol. Pero ¿teníamos algún argumento para decir que eso no era cierto? Solo teníamos las sospechas de Pizano y Mejía.
Es en ese momento cuando se decide llegar a un acuerdo de socios…
Sabíamos que nos iban a seguir derrotando porque éramos minoritarios. Pedimos hacer un ajuste en el acuerdo de socios. Pedimos que realmente existiera una auditoría. Se acordó que se nombraran cuatro auditores, dos puestos por ellos y dos por Episol, y tres gerentes de conformidad. Uno para la Concesionaria que iba a trabajar junto con Pizano, y dos gerentes en Consol. Eso fue en febrero de 2016. La tarea era que no se podía pagar una sola factura que no tuviera el visto bueno de los gerentes.
¿Y eso funcionó?
Después de que se nombraron los tres gerentes, en ninguna parte, ni en los entes gubernamentales, ni en la Fiscalía, se ha dicho que hubo dineros mal utilizados en los años 2016 y 2017. La razón fue que los gerentes estaban encima de cada giro que se fuera hacer en la Concesionaria y Consol, lo que antes no se podía hacer, porque ellos (Odebrecht) eran los que administraban las compañías.
Un mes después de la condena de Marcelo Odebrecht, se firma un contrato de transacción. ¿Por qué?
La verdad, la condena no tuvo nada que ver. Aquí lo que se intentó fue que no nos siguieran atropellando con la mayoría y evitar las sospechas de robo. Siempre sospechamos que aquí había robos, pero nunca hubo una comunicación en la que encontráramos, en nuestra investigación o en la de Pizano, un soborno. Pizano no dijo que sospechaba de un soborno, la sospecha era que estaban robándose el dinero de los socios.
Si Odebrecht no aceptaba el acuerdo de socios, ¿qué pasaba?
Si eso no pasaba, la relación de los socios iba a deteriorarse porque las juntas directivas se iban a volver una pelea.
¿Por qué firman el contrato de transacción en vez de denunciar o pedir una investigación?
Porque aquí había dos cosas importantes. No teníamos la autonomía de hacer una auditoría, porque la ley no lo permite y solo ellos nos podían entregar la información. En el informe que nos entregaron justificaron todo. Si usted tiene dudas y le entregan todos los soportes, cualquier denuncia que pueda hacer nadie se la va a recibir, en la medida que no hay ninguna prueba, sino sospechas. Hay que reflexionar en lo siguiente: no hay una sola comunicación por escrito de Pizano hacia Corficolombiana en la que diga que estaba sospechando de un robo o un fraude. ¿Por qué? Porque solamente hasta el 21 de diciembre de 2016 los señores de Odebrecht hacen pública su condición ante el acuerdo que hacen con (la justicia de) Estados Unidos.
¿Pizano se les convirtió en un dolor de cabeza en la Concesionaria?
De la Concesionaria no lo sé; desde el punto de vista nuestro, Pizano estaba haciendo su trabajo. Pero sí era claro que los señores de Odebrecht no le daban la información como él la pedía. Después del 21 de diciembre de 2016 todo el mundo sabe por qué los brasileños dificultaban todo tipo de información.
¿Por qué se decide sacar a Pizano de la concesionaria?
¡Qué buena pregunta! La Concesionaria tuvo que entregar la carretera y cuando eso pasa la mayoría de los empleados no continúan. El doctor Pizano logró estar dos meses más, pero como ya no había nada después de que se le entregó todo a la ANI, no se renovaron los contratos.
¿Pizano se convirtió en una persona incómoda después de su muerte?
¡No! Pizano se volvió una persona incómoda para los brasileños. Para nosotros fue un aliado. Tengo correos en los que nos agradece la colaboración que le dimos y la forma como los atendimos. Él siempre estuvo cerca de nosotros. No creo que fuera un dolor de cabeza; al contrario, creo que fue una persona que aportó, que luchó para que se le escuchara, tanto así que los señores de Odebrecht no le entregaban la información.