Orient Express sigue apostando por el turismo de lujo afianzando sus operaciones en países latinoamericanos. La crisis no es una barrera para capturar clientes.
Escalar el Huayna Picchu es tarea pendiente que el estadounidense Robert Lovejoy piensa cumplir. Tras visitar en dos Machu Picchu, el flamante
chairman y CEO de la compañía de hoteles, trenes y cruceros de lujo, Orient Express desea vivir esa experiencia. “La primera vez que llegué al Perú fue en 2001, poco tiempo después de que Orient Express iniciara sus operaciones en este país. Vine con mi esposa y también visitamos Cusco, Puno y el lago Titicaca. Fue un viaje muy intenso, pero también muy corto. Este año llegué por segunda vez y recorrimos varias de las propiedades de la compañía. Como estuve conectado a internet viendo los negocios, no pude escalar la montaña”, dice el ejecutivo. “En setiembre de 2011 llegaré por tecera vez, y espero poder aprovechar la oportunidad”.
No obstante, la próxima visita de Lovejoy a la Ciudad Imperial no será un viaje de placer. Este mes, la junta de directores de Orient Express se reunirá en el Hotel Monasterio en el Cusco para revisar la estrategia de la compañía a nivel mundial y los proyectos de inversión previstos en el Perú.
“Nos vamos a dar un tiempo para ir a Machu Picchu, pero también queremos reunirnos con el equipo de administración peruano que es bastante grande. Tenemos 1.200 empleados que operan nuestros hoteles y trenes en el país”, dice Robert Lovejoy, de Orient Express.
La elección del Cusco como sede de la junta de directores de la compañía con sede en Bermuda no es un antojadizo capricho de sus ejecutivos por conocer Machu Picchu, sino que el Perú es la operación más grande que tiene la compañía en América Latina y una de las tres más grandes operaciones nacionales en el mundo. En sus doce años de operación en el Perú, la compañía cuenta con cinco hoteles, el último de los cuales, Hotel Río Sagrado en el valle del Urubamba, fue adquirido a fines de 2009 por US$7 millones.
Asimismo, en noviembre de 2009, iniciaron los trabajos para poner en valor el Beaterio de las Nazarenas en el Cusco (ubicado al lado del Hotel Monasterio), uno de los proyectos más ambiciosos de la compañía hotelera en el país, con una inversión de US$14,1 millones, y que iniciará operaciones en junio de 2012.
“Estamos reconstruyendo este palacio que fue un convento. Será nuestro sexto hotel en el Perú con 55 suites de alta categoría. Estamos seguros de que va a atraer a turistas de Europa, Norteamérica y también Sudamérica”, dice Lovejoy. “No va a ser el clásico hotel colonial, va a ser muy chic y diferente”.
De esta forma, Orient Express sigue apostando con fuerza en el turismo de lujo. Asimismo, durante los últimos años, el Perú se ha convertido en una plaza importante para desarrollar este exclusivo y sobre todo rentable segmento. Según el Perfil del Turista Extranjero 2010 elaborado por PromPerú, mientras que un turista extranjero gasta en su estadía de 9 días un promedio de US$ 958, un turista de lujo se queda en el país 6 días y gasta US$ 1.200 diarios.
Asimismo, entre los principales destinos que visitan destacan el Cusco (región que concentra la mayor cantidad de hoteles e inversión de Orient Express), Arequipa (sobre todo el Colca), Puno (el lago Titicaca) y cruceros de la selva.
Para Heddy Espinoza, presidenta de la Asociación Peruana de Turismo Receptivo e Interno (Apotur), Japón es uno de los mercados de turismo de lujo más importantes debido a que cuando visitan el país son los que dejan más divisas, ya que escogen los destinos de lujo con atención de primer nivel. “Además, los japoneses vienen con grupos organizados y con guías en su idioma. Les encanta comer bien y comprar bien, todo de lujo”, dice.
No obstante, el nivel de gasto o el destino no son los principales factores que diferencian a este tipo de turista. “El turismo de lujo no se debe confundir con uno opulento, ya que el lujo no es solo sinónimo de modernidad ni de glamour”, dice Mara Seminario, ex viceministra de Turismo. “El concepto de lujo en esencia es lo mismo, pero la prestación de servicios hace la diferencia”.
Para la experta de turismo, el éxito de Orient Express en el Perú se debe a que han encontrado las características de lujo en destinos muy auténticos, históricos sin salir de la verdadera percepción.
“Seguramente sus hoteles en otros países son muy distintos a los de acá porque tratan de que cada uno sea único. Ellos han generado hoteles no de opulencia, sino de altísimo nivel de servicio que le dan al turista la sensación de un servicio exclusivo y que le permite estar en lugares donde va a vivir experiencias únicas”, dice. “Esta compañía ha descubierto que el concepto de lujo no está basado en la opulencia precisamente sino en poder ofrecer experiencias únicas con un altísimo nivel de confort”.
Y a pesar de que el temor de una recesión en Estados Unidos y Europa se mantiene latente, muchos consideran que el turismo de lujo es ajeno a esta situación.
“Pese a que la crisis financiera internacional ha golpeado al turismo receptivo del país, se ha mantenido el turismo de lujo, que se dirige a los turistas de muy alto nivel económico que genera muchas divisas en la economía nacional”, dice Felipe del Campo, director de la consultora Hotel Consulting Perú.
“Entre las necesidades de estos turistas está el enriquecimiento personal y espiritual ligado a la sensación de aventura, experiencias comunitarias y relax, entre otras, todo ello con acceso exclusivo y atención personalizada. Incluso, gracias a la bonanza económica que registra el país, el turista peruano accede ahora con mayor facilidad y frecuencia a destinos y lugares VIP o de lujo a los que antes no tenía llegada”.
Robert Lovejoy agrega:“Nos encanta el segmento de lujo, entendemos a nuestro cliente y no creemos que haya algún riesgo de saturación en este segmento. Mirando hacia adelante, nos sentimos alentados porque los signos de recuperación continuarán en el mercado”, dice. “Hay gente trabajadora con dinero dispuesta a pagar por experiencias únicas con su familia. Fundamentalmente nos enfocamos en el lujo, podríamos hacer algo más, o cambiar nuestro formato, como lo vienen haciendo otras compañías y les va muy bien con esta estrategia, pero no está en nuestros planes hacer lo mismo”.
De otro lado, la compañía no solo ve grandes oportunidades en el Perú, sino también en otros países de la región donde tiene presencia, como Brasil y México. En estos (incluido el Perú), sus ingresos aumentaron 38% en el segundo trimestre de 2011, con lo que ha logrado US$ 21,7 millones.
“Vemos gran oportunidad en países como Brasil, donde ya operamos”, dice el ejecutivo estadounidense. “Nos gustaría entrar a un nuevo mercado en la región. Colombia nos parece interesante, pero para dar un paso así hay que tener muchas consideraciones”. En tanto, a nivel global, los ingresos de este operador hotelero, durante el segundo trimestre de 2011, excluidos bienes raíces, ascendieron a US$ 177,4 millones, 23% más que en similar período de 2010.
En tierras peruanas, Orient Express no piensa dejar el Cusco como principal destino de su inversión. “Cusco tiene cultura, historia y tal vez tengamos cierta concentración de inversión ahí, pero muchas atracciones por las que el Perú es conocido en el exterior están localizadas en esta región”, dice Lovejoy.
“Cuando uno opera en esta área trae turistas de alta categoría y tiene un impacto positivo en la comunidad. Lo que hemos encontrado en muchos lugares a lo largo de los años es que conforme pasa el tiempo eres mejor recibido en la zona y formas parte de la productividad. No tenemos miedo. Nos interesan otras zonas, como la Amazonía, y estamos explorando esta oportunidad”.
Para Mara Seminario, esta estrategia es acertada. “Hace diez años, Orient Express apostó por ingresar a este destino, el principal producto turístico del Perú. Ahora podemos recibir la visita de turistas de la talla de Bill Gates o Jim Carrey, por ejemplo, pero hace años esto era impensable. La compañía ha generado una conciencia de turismo de lujo diferente”, dice. “Su presencia ha sido importante para el desarrollo del turismo en el Perú”.
No obstante, para Robert Lovejoy aún falta mucho por desarrollar en esta operación. “El Perú ha sido un gran lugar para nosotros, para nuestros clientes, es un negocio en crecimiento”, dice. “Muchos de nuestros clientes todavía no han venido al Perú, y es una gran oportunidad para nosotros”. Definitivamente también será una gran oportunidad para el turismo peruano.