Se trata de un campo de golf para competiciones internacionales, ubicado al este de la ciudad puerto de Tela, en el caribeño departamento de Atlántida, un área de exuberante belleza natural.
"Yo soy golfista viejo y he jugado en muchísimas partes en el Caribe, en Estados Unidos, en Suramérica, en Irlanda, en Escocia. Esta cancha de golf es de calidad mundial, no se queda atrás ante ninguna otra", expresó a Efe el expresidente del país centroamericano, Ricardo Maduro.
"Este proyecto ha sido un anhelo de nosotros los hondureños desde hace 40 años", agregó, para incidir en que esta moderna instalación deportiva "es un atractivo muy importante para el turismo de nivel medio y alto".
El complejo turístico se levanta a unos pocos kilómetros al este de la ciudad puerto de Tela, en el caribeño departamento de Atlántida, en un área de deslumbrante belleza natural.
La belleza del sitio incluye varios esteros, lagunas de agua dulce separadas del mar por una angosta franja de tierra, playas blancas y el sitio de Punta Sal, un refugio de aves marinas que es un espectáculo de la naturaleza en el Caribe hondureño.
"El proyecto es muy atractivo, integral, con tres kilómetros de playas bellísimas, un ecosistema que creo que no lo he visto en ninguna otra parte del mundo", recalcó el ex gobernante, quien ejerció el poder de 2002 a 2006.
PROYECTO INDURA
El nombre del proyecto, Indura, tiene su origen en las comunidades afrodescendientes o garífunas, cuya historia se remonta a 1797, cuando llegaron los primeros negros al país americano, concretamente a la isla de Roatán, procedentes de la isla de San Vicente.
Indura, en garífuna significa Honduras, que fue hasta donde llegó Cristóbal Colón el 30 de julio de 1502 en su cuarto y último viaje a América, según apuntes históricos.
Entonces Colón descubrió la isla de Guanaja, a la que bautizó como "Isla de pinos", por la abundancia de ese árbol, y que ahora forma parte del departamento de Islas de Bahía, que además conforman Utila y Roatán. Las tres islas son otros de los atractivos turísticos de Honduras en el Caribe.
Antes de que iniciara la construcción del proyecto Indura Beach and Golf Resort, algunos grupos ambientalistas expresaron su desacuerdo por considerar que las comunidades garífunas serían las más perjudicadas y que se le causaría daño al entorno ecológico.
En la zona del complejo, conocida como Bahía de Tela, se localizan pequeñas comunidades de afrodescendientes que han sido beneficiadas con el proyecto, no solo con obras de infraestructura, sino también con la creación de empleos para muchos de sus habitantes, según lo expresado por dirigentes comunales.
"El proyecto viene a potenciar económicamente las comunidades garífunas, nosotros estamos organizados en una federación de patronatos y juntos estamos de acuerdo con la obra", dijo la presidenta del patronato de la comunidad de Tornabé, Andrea Valerio.
"La comunidad del Triunfo de la Cruz, situada en sentido opuesto al complejo, también será beneficiada", según el presidente de su patronato, Braulio Martínez.
El presidente hondureño, Porfirio Lobo, dijo el 5 de noviembre pasado, cuando fue inaugurada la primera fase del complejo turístico, que el beneficio se extenderá al municipio de Tela, la segunda ciudad más importante de Atlántida.
INVERSIÓN PÚBLICA Y PRIVADA
Para el presidente del Fondo Hondureño de Inversión en Turismo (FHIT), Camilo Atala, el proyecto Indura Beach and Golf Resort "es el primer punto de entrada del turismo de prestigio en Honduras y actuará como un eje de distribución para las atracciones en otras partes del país".
El complejo tiene una extensión de unas 312 hectáreas, en la Bahía de Tela, y es el resultado de una alianza público-privada en la que el FHIT es dueño del 51 % de las acciones y el Instituto Hondureño de Turismo (IHT) del 49% restante.
Atala explicó a Efe que el elemento central para desarrollar el proyecto fue el Estado, que pudo establecer una alianza con la empresa privada, que ha hecho posible un trabajo mancomunado por medio de la empresa Desarrollo Turístico Bahía de Tela.
Los principales atractivos del complejo turístico, que al frente tiene una impresionante vista al mar, y atrás varias lagunas, entre ellas la de Los Micos, son un hotel "boutique" cinco estrellas, el campo de golf, que por su tipo y belleza figura entre los mejores cinco en el mundo, y un proyecto residencial de primer nivel.
Los responsables de la operación y mantenimiento tanto del hotel, el campo de golf, los bienes raíces y las instalaciones accesorias serán el FHIT, que está constituido por 46 empresarios hondureños, y el IHT.
Además de la inversión de US$116 millones, el proyecto dará empleo a unas 12.000 personas.
La segunda etapa del proyecto consistió en la construcción del hotel de cinco estrellas, la puesta en marcha del campo de golf y el desarrollo de área residencial, con una inversión US$65 millones.
En la primera etapa se invirtieron 51 millones de dólares para la compra del terreno al Estado de Honduras y la construcción de obras de infraestructura básica, sistemas de alcantarillado, drenaje pluvial y aguas.
En los alrededores del complejo se localizan los parques nacionales Jeannette Kawas y Punta Izopo; el Jardín Botánico Lancetilla y el Refugio de Vida Silvestre Texíguat.
EL GOLF, UNA TRADICIÓN EN EL PAÍS
El golf es un deporte que a Honduras llegó con las compañías bananeras de Estados Unidos que se asentaron en la zona norte del país centroamericano a inicios del siglo pasado.
Como deporte lo jugaban los ejecutivos de las multinacionales y su círculo de amistades, en campos muy bien cuidados.
Más tarde el golf, con campos exclusivos para socios, se extendió a otros núcleos importantes de población como Tegucigalpa, la capital hondureña.
Uno de los principales atractivos del proyecto Indura es precisamente su hermoso campo de golf que diseñó Gary Player, conocido como uno de los mejores tres golfistas en la historia de ese deporte.
"El campo consta de 18 hoyos y cinco salidas, lo que permite el acceso a golfistas de todo nivel" , indicó Manuel Ortiz, director de la instalación deportiva.
En Indura, según Ortiz, "los jugadores podrán disfrutar de nueve hoyos en medio de la jungla, donde observarán aves, monos aulladores, tigrillos, cocodrilos y pichiches entre otras especies que habitan en la zona".
"A medida que avancen en el juego los deportistas se irán aproximando a los nueve hoyos con vista al Resort, desde donde podrán observar las reservas naturales de Punta Sal y Punta Isopo", acotó.
El campo abrió para sus socios el 25 de octubre pasado de 2013 y se apresta para estar disponible al mundo en las próximas semanas, con miras a convertirlo en escenario de torneos de calidad mundial.
Según indicó Ortiz, una de las particularidades del campo es que está cubierto con grama "paspalum platinum", cuyo ADN ha sido creado en laboratorio exclusivamente para el tipo de suelo, lo que le permite poder ser regada con agua salada.
El hotel "boutique" de Indura contará con 120 habitaciones, 60 de las cuales son villas de dos dormitorios con vista al mar, y será operado por Trust Hospitality, una empresa hotelera con más de 30 años de experiencia en proyectos en varias partes del mundo, especialmente Estados Unidos y Latinoamérica.
Además, a la par del hotel, Indura contará con un proyecto residencial con cableado subterráneo que consta de 85 lotes de unos 1.000 metros cuadrados, que colindan con el campo de golf y lagunas cercanas.
Las casas que se construirán en el sector serán de tres tipos, según el ambiente, indicaron los ejecutivos de Indura.