Según un reporte del portal Nación.com, el impacto de este sector en la industria fue reconocido por el Instituto Costarricense de Turismo, que en febrero pasado aprobó la incorporación de los hoteles boutique dentro de las modalidades de hospedaje en el país.
San José. El turismo costarricense no solo está creciendo por el peso de las grandes cadenas hoteleras que operan en ese país, sino por el auge y éxito que tienen los hoteles boutique.
Servicio personalizado y un ambiente acogedor, casi familiar, con altos estándares de calidad y comodidad son las principales características de los hoteles boutique, categoría de hospedaje que se consolida en el país.
Según un reporte del portal Nación.com, el impacto de este sector en la industria fue reconocido por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), que en febrero pasado aprobó la incorporación de los hoteles boutique dentro de las modalidades de hospedaje en el país.
Ahora Costa Rica tiene ocho categorías: hotel (entre los que están los de cadena internacional), apartotel, albergue, villas y cabañas, pensiones, posada de turismo rural, boteles (barcos con habitaciones) y boutique.
Alberto López, coordinador del Subproceso de Sostenibilidad del ICT, dijo que reconocer los hoteles boutique como lugar de hospedaje permitirá que “más empresas se preocupen por elevar estándares de calidad y mejorar el servicio”.
Indicó que en el país hay 45 hoteles de esa categoría, con un rango de entre tres y cinco estrellas (producto de una evaluación del ICT), y están ubicados principalmente en San José, Puntarenas y Alajuela.
“Los hoteles boutique están satisfaciendo una necesidad de un segmento de mercado que exige detalles como que le avisen al huésped acerca de sus citas médicas o de negocios, o que estén pendientes de si esa persona es intolerante a la lactosa o al gluten”, explicó Flora Ayub, directora ejecutiva de la Cámara Costarricense de Hoteles.
Ejemplos. Uno de estos hoteles boutique es Grano de Oro, ubicado en barrio Don Bosco, a una calle del paseo Colón, en San José. Marco Montoya, gerente general de Grano de Oro, indicó que este hotel –con 39 habitaciones equipadas con baño privado e Internet inalámbrico– precisamente apela a la personalización de los servicios.
“Cuanto más grande sea un hotel, más se pierde la calidez que da la personalización. Nosotros ofrecemos un producto de lujo totalmente personalizado”, aseguró.