En tanto la empresa brasileña argumentó en varias ocasiones que su socia venezolana ha retrasado una contribución financiera del 40% correspondiente a la construcción de una refinería en Pernambuco, que debe iniciar operaciones en 2013.

Caracas. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, puso en duda este jueves la continuidad de un proyecto de refinación conjunto con la petrolera Petrobras y dijo que consideraba que factores en la firma brasileña estaban obstruyendo la fluidez del convenio.

La estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y Petrobras convinieron en 2005 la construcción de la refinería Abreu e Lima en la costa noroeste de Brasil, en Pernambuco, con una capacidad de refinación de 230.000 barriles, pero el continuo ir y venir de las negociaciones retrasaron el proyecto.

La firma brasileña ha argumentado en varias ocasiones que su socia venezolana ha retrasado la contribución financiera que le corresponde por su participación del 40% en el proyecto que debía iniciar operaciones en 2013.

"Creo que en Petrobras hay sectores o actores que no quieren el acuerdo. Estoy convencido de eso. Y lo tengo en mi agenda para hablarlo con la presidenta, con mi querida Dilma (Rousseff)", dijo Chávez a periodistas.

"Cuando no es una cosa, es otra. Sacan cosas debajo de la manga de repente. Ojalá eso se dé, sino lo dejaremos a un lado (...) ¿Qué se puede hacer?", se preguntó el mandatario.

Caracas. Petrobras fijó en agosto un plazo hasta noviembre para que Pdvsa realice los desembolsos y entregue garantías bancarias por su participación.

Un ejecutivo de la firma agregó que podría proseguir el proyecto en solitario si la venezolana no lograba los términos.

El ministro venezolano de energía, Rafael Ramírez, dijo esta semana en el marco de un convenio de hidrocarburos en la ciudad costera de Puerto La Cruz, que Pdvsa seguía adelantando garantías de crédito al brasileño Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y un grupo de bancos no detallado.

El costo del proyecto se ha disparado hasta casi US$13.000 millones, desde los US$4.000 millones presupuestados inicialmente.

"La plata la tenemos en la mano pero cómo vamos a pagar si no nos aceptan las garantías (...) Esta es la piedrita en el zapato de nuestras relaciones", comentó el mandatario.