Inesperadamente, Casa Saba comunicó a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que las pláticas con los fondos de inversión estadounidenses se vinieron abajo por la venta en US$343 milones de su unidad de distribución de medicamentos.
Grupo Casa Saba dio por concluidas las negociaciones para vender su unidad de distribución de medicamentos a los fondos de inversión Pharma Equity Global Fund LLC y a World Global Equity Fund LLC por 4.500 millones de pesos (US$343 milones).
Casa Saba había confirmado en diciembre del 2013 las negociaciones para desprenderse de ese activo en favor de dichas firmas estadounidenses, mientras que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) validó la operación el 13 de febrero pasado.
Inesperadamente, Casa Saba comunicó este jueves a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que las pláticas con los fondos de inversión se vinieron abajo, debido a que no todas las condiciones establecidas en las negociaciones se cumplieron en los plazos pactados entre ambas partes.
En consecuencia, la imagen de Casa Saba queda vulnerable ante los inversionistas y sus socios de negocio, principalmente proveedores, quienes pueden considerar que la compañía “escondió” datos financieros negativos que terminaron por alejar a los fondos, coincidieron expertos consultados por El Economista.
“Una operación como esta tiene poca variabilidad. Era una operación cantada con bombo y platillo. El hecho de que las negociaciones se hayan caído cuando ya estaban tan avanzadas genera incertidumbre, porque refleja que no supiste negociar o que ellos (los fondos) encontraron vicios negros. Envía al mercado señales de discordia y falta de acuerdos entre ambas partes, en la que la más afectada es Saba, porque no es la primera vez que le pasa”, dijo Carlos Rivera López director del Departamento de Administración, Mercadotecnia y Negocios Internacionales del Tec de Monterrey, Campus Santa Fe.
“Saba quiso vender para tener una especie de respiro financiero y el que no se haya materializado este trato puede que enfrente no una situación desesperada, pero sí una afectación a su imagen, porque se pensaba que iba a tener un mejor panorama con esta operación”, dijo Víctor Pavón-Villamayor, presidente ejecutivo de la consultora Oxford Competition Economics.
Casa Saba contaba con 32% del mercado de la distribución de medicamentos en México al cerrar el 2012, seguida por Nadro, con 23% Marzam y Fármacos Especializados lograban 10% entre ambas marcas. El market share de Saba se habría desplomado hasta 5% en el transcurso del 2014, pese a que el mercado de los medicamentos crece a doble dígito año contra año, según estimaciones de los analistas consultados.
El mercado mexicano de productos farmacéuticos crecerá entre 4% y 4.5% entre los años 2011 y 2016, hasta llegar a los US$19.500 millones, según datos de la consultora Deloitte.
Una historia de malas noticias. Casa Saba se mantenía como el principal proveedor de servicios de servicios de distribución, luego que el crecimiento de 11,5% en el negocio de los medicamentos genéricos entre el 2012 y 2013 apuntaba a que sería el nicho en el cual afianzaría participación de mercado. Además, este tipo de medicamentos, según Deloitte, representará el 14,5% del mercado total de medicamentos en 2016.
La caída de Casa Saba en cuanto a la distribución se agudizó debido a su deuda de 7.000 millones de pesos (US$533,4 millones) que mantiene con distintos laboratorios, que mejor optaron por cambiar de proveedor de servicios logísticos.
“Cumplir con este acuerdo (con los fondos) le hubiera representado buena visión de futuro y confianza entre los inversores. Pero el hecho de que esta caída de los acuerdos la haya anunciado Casa Saba levanta la ceja de los inversionistas. Pudo haber ocurrido que el fondo de inversión intentara aprovecharse un poco, en el precio para obtener una ventaja, pero el anuncio da a decir que Saba intentó curarse en salud y salvaguardar su posición para lo que pueda venir”, dijo Rivera, del Tec de Monterrey.
“El tema en realidad pudieron haber sido dos. Precio y deuda. A veces hay diferencias entre el precio que valora el vendedor y el que valora el comprador. El comprador siempre toma en cuenta las condiciones. Grupo Saba tenía problemas financieros y eso le daba poder a los fondos como para bajar el precio y fue lo que pudo no gustar a la empresa”, dijo Víctor Pavón-Villamayor.
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En el 2012, Casa Saba comenzó una estrategia para desprenderse de sus operaciones en América del Sur. En enero de ese año se desprendió de su filial peruana al vendérsela al grupo peruano Quicorp. Antes de que finalizara ese año, Saba suspendió la cotización de sus títulos en los mercados de Nueva York y más tarde, en mayo del 2013 hizo lo propio en la BMV.
En mayo pasado, Casa Saba acordó la venta de su negocio de farmacias a Alliance Boots por 8,300 millones de pesos, operación que se concretó el 12 de agosto.
Alliance Boots también estuvo interesada en la división de distribución de medicamentos de Casa Saba, junto con Pharma Equity Global Fund LLC y World Global Equity Fund LLC.
“Quizá Casa Saba debe darse un tiempo, unos meses, antes de que termine el año, para volver a colocar una oferta en el mercado. Su división seguirá siendo atractiva, pero por cuánto tiempo es incalculable. Su cadena de valor es ambicionada, aún puede ser absorbida por otros competidores”, afirmó el presidente ejecutivo de Oxford Competition Economics.
“Casa Saba queda en una posición de vulnerabilidad. Expuesta a debilidades, debe hacer algo, porque genera vulnerabilidad; demuestra inseguridad de una empresa. Eso que hizo es una mala señal, porque o explica a los socios de Casa Saba qué fue lo que ocurrió. No hacerlo, puede indicar que el comprador encontró en su análisis más riesgos que los que contemplaba. El fondo queda con buena impresión ante sus socios, Casa Saba no tanto”, dijo Juan Carlos Rivera.