Actualmente el 70% de la producción de soja de Mato Grosso es enviada a los puertos de Santos (sudeste) y de Paranaguá (sur), a unos 2.000 kilómetros de distancia.
Río de Janeiro. La multinacional Bunge, uno de las mayores productores mundiales de alimentos, inauguró hoy un puerto fluvial en la Amazonía brasileña que permitirá a Brasil exportar granos por la región norte del país y ofrecer una alternativa a los sobrecargados puertos del sur y del sudeste.
"Con esta infraestructura de calidad vamos a descongestionar los puertos del sur y a mejorar el flujo de exportación hacia el norte", afirmó la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en un discurso que pronunció en la ceremonia de inauguración del complejo portuario Miritituba-Barcarena.
La terminal, ubicada en el estado amazónico de Pará, permitirá enviar por el río Tapajós hacia el océano Atlántico la producción brasileña de granos, principalmente la soja procedente del estado de Mato Grosso, una de las mayores fronteras agrícolas del país, según los directores de Bunge.
"Este puerto va a garantizar una logística de alta calidad para transportar por ríos toda la producción de soja (de Mato Grosso), que es la mayor de Brasil", aseguró la mandataria.
Actualmente el 70% de la producción de soja de Mato Grosso es enviada a los puertos de Santos (sudeste) y de Paranaguá (sur), a unos 2.000 kilómetros de distancia.
Brasil, el mayor exportador mundial de soja y segundo mayor productor, recogerá este año, según previsiones oficiales, una cosecha récord de 88,4 millones de toneladas de la oleaginosa, un 8,3% superior a la de 2013.
La producción brasileña de granos, según las mismas previsiones, llegará este año a 189,4 millones de toneladas, con un crecimiento del 0,7% frente a la cosecha del año pasado, que fue récord, lo que confirma a Brasil como uno de los mayores graneros mundiales.
El nuevo complejo, compuesto por una estación de transbordo en Itaituba y una terminal portuaria en Barcarena, tiene capacidad para embarcar hasta 2,5 millones de toneladas de grano al año.
"Se trata de una nueva alternativa, de un nuevo paradigma para los productores brasileños. En lugar de dirigir la producción de Mato Grosso hacia el sudeste del país, la vamos a exportar por el norte, por un lugar más próximo de los puertos de destino en Europa y China", afirmó el presidente y consejero delegado de Bunge en Brasil, Pedro Parente.
Los ejecutivos de la multinacional también destacaron la sostenibilidad del proyecto por optar por el transporte en la Amazonía por hidrovías en lugar de carreteras.
"La gran novedad del proyecto es desahogar la logística de carreteras que sale de Mato Grosso. En lugar de enviar los camiones hacia el litoral sur y sudeste del país, los enviaremos hacia Itaituba, en donde las cargas de soja y maíz serán trasladadas a barcazas que navegarán el Tapajós hasta Barcarena", según el gerente de operaciones portuarias del complejo, Joao Felipe Folquening.
Tras recorrer 1.100 kilómetros por carretera, las cargas proseguirán otros 1.000 kilómetros por río en un transcurso de tres días hasta Barcarena, en donde será trasladada a navíos graneleros con rumbo al exterior.
Según este ejecutivo, el transporte fluvial es más sostenible y también más barato y eficiente que el terrestre.
"Necesitamos transitar desde una matriz centrada en carreteras hacia otra que combine todos los modales. Para eso necesitamos inversión pública y privada. Queremos, junto con el sector privado, establecer las mejores bases para ampliar la productividad de la economía brasileña", afirmó Rousseff en su discurso.
El gobierno brasileño realizó inversiones de pavimentación y ampliación de la carretera que comunica los municipios productores de Mato Grosso con Itaituba para poder convertirla en una vía con capacidad para transportar 20 toneladas de granos por año.
La carretera podrá ser usada, además de Bunge, por otras empresas, como Cargill, que pueden aprovechar otros puertos fluviales, como los de Santarem, Vila Rica y Santana, para embarcar sus granos hacia el exterior.
La presidenta agregó que, tras la decisión del gobierno de establecer un nuevo marco regulador para los puertos que aumenta la participación del sector privado, diferentes empresas ya se comprometieron a invertir 8.100 millones de reales (unos US$3.681,8 millones) en 18 terminales.