Bajo la persistente lluvia, unos 600 miembros de las diferentes etnias del país, entre hombres, mujeres y niños, marcharon para conmemorar el Día de la Resistencia Indígena.
Ciudad de Guatemala. La caminata comenzó a las 9.30 horas, con representantes de San Juan Sacatepéquez, Santa Rosa, Jutiapa y Quetzaltenango.
Durante su recorrido, los manifestantes se detuvieron frente a la Embajada de EE. UU., en donde abogaron por la independencia de Palestina y rechazaron las políticas neoliberales.
A las 11.20 horas local, llegaron a la Corte Suprema de Justicia y demandaron justicia para los campesinos e indígenas muertos durante el conflicto armado interno.
“Nuestros hermanos y hermanas no descansarán en paz hasta que no sean castigados los delitos de lesa humanidad y los genocidas”, expresaron.
Demanda. En la Corte de Constitucionalidad los indígenas presentaron un memorial, en el cual exhortan al máximo tribunal a que resuelva la expulsión de la empresa cementera instalada en San Juan Sacatepéquez.
Al final de su recorrido, frente al Congreso de la República, exigieron la aprobación de la ley de desarrollo rural y se opusieron a más desalojos violentos en el Valle del Polochic, Alta Verapaz, y en Petén.
Además, demandaron la suspensión de concesiones mineras en sus territorios y afirmaron que los desalojos solo han dejado muertos y heridos, además de la destrucción de viviendas y cultivos.
La actividad finalizó a las 13.15 horas, y en la caminata los activistas destruyeron la propaganda de los candidatos a la Presidencia y aseguraron que no apoyan a nadie.
Daniel Pascual, dirigente del Comité de Unidad Campesina, señaló que el 12 de octubre “es un mal llamado Día de la Raza o de la Hispanidad”.
“Para nosotros es el día de la dignidad; no venimos a pedir limosna”, enfatizó.