Las exportaciones de productos energéticos de Estados Unidos a México se han disparado en aproximadamente un 40% en los últimos dos años. Actualmente, México permanece como su principal mercado de exportación, absorbiendo alrededor de un millón de barriles por día (bpd).
Nueva York. Un gran ganador de las crecientes exportaciones de combustibles desde Estados Unidos hacia México es la industria ferroviaria, beneficiada por una insuficiente red de ductos y falta de conectividad, capacidad limitada y robo sin control.
Las exportaciones de productos energéticos de Estados Unidos a México se han disparado en aproximadamente un 40% en los últimos dos años. Actualmente, México permanece como su principal mercado de exportación, absorbiendo alrededor de un millón de barriles por día (bpd), con un valor de unos US$20.000 millones anuales.
Y no hay desaceleración en el horizonte.
Por un lado, dicen expertos, México enfrenta limitaciones de suministro debido al mal estado de muchas de sus refinerías; por otro, el país sigue agregando autos a sus carreteras.
Las empresas petroleras han tomado nota y están recurriendo a los envíos ferroviarios para mover los productos derivados del petróleo a través de la frontera entre Estados Unidos y México.
Las tarifas de arrendamiento para algunos vehículos tanque se han duplicado, mientras que una serie de nuevos proyectos están en marcha para expandir la infraestructura ferroviaria.
"Existe una tremenda oportunidad para trasladar productos a México de manera efectiva por ferrocarril", dijo Daniel Gordon, vicepresidente ejecutivo de desarrollo de negocios y estrategia en la compañía de refinación Delek U.S. Holdings Inc..
Tradicionalmente, las compañías transportaban combustible a México en buque, lo cargaban en camiones o ductos y lo transportaban al interior del país. Pero México sólo tiene dos puertos principales que manejan la mitad de todos sus envíos de combustible.
Además, las malas condiciones de las carreteras y las restricciones de volumen hacen que los camiones sean caros y lentos y los ductos no tienen inversión suficiente, de acuerdo con los ejecutivos de la industria.
Los envíos de combustible de Delek a México por ferrocarril aumentaron a 120.000 barriles en septiembre, cerca de seis veces más de lo que eran a principios de año pasado.
Otra compañía, 4J Energy de Houston, comenzó a usar diesel en México en septiembre y es socio de una de las compañías que está construyendo una terminal en el centro de México.
ExxonMobil importó su primer gran cargamento por ferrocarril en diciembre. "Es una manera eficiente, es una manera segura", dijo Martin Proske, director de combustibles de ExxonMobil en México.
Seguridad y costos. El comercio ferroviario transfronterizo está dominado por Kansas City Southern, cuyas pistas llegan al densamente poblado interior del país, incluida la Ciudad de México. Sus líneas ferroviarias pueden mover combustible a los centros de demanda sin el uso de camiones o ductos propiedad de la estatal Pemex que no puede garantizar una entrega segura.
Mientras varios proyectos de oleoductos están en proceso, el ferrocarril tiene la ventaja, dijo Patrick Ottensmeyer, director ejecutivo de Kansas City Southern. "El ferrocarril ya está construido. Construir terminales, comprar equipos, todo eso es fácil en comparación con la construcción de un ducto de 1.000 a 1.500 millas (1.609 a 2.414 kilómetros)", dijo en una entrevista. "Tenemos al menos una ventaja de tres a cinco años sobre los ductos", añadió.
La compañía está invirtiendo en terminales capaces de manejar grandes volúmenes de cargamentos de combustible -hasta 60.000 barriles en un solo viaje-. En 2017 anunció alianzas con Watco Companies, WTC Industrial y Bulkmatic por valor de casi 50 millones de dólares para construir terminales de almacenamiento en México.
Transportar combustible por ferrocarril generalmente es más costoso que en ducto. El costo de enviar 1.000 toneladas de combustible es de US$6 por kilómetro para ductos frente a US$37 en ferrocarril y US$83 en camión, dijo Eugenio Lohr, director de The Boston Consulting Group en Ciudad de México.
Pero esta ecuación está cambiando en México debido al robo de combustible de ductos por parte de bandas del crimen organizado.
Durante 2016, Pemex identificó 6.873 "tomas clandestinas", un alza del 30% respecto al 2015. En total, los ladrones robaron más de US$1.000 millones en gasolina y diesel, según Pemex.
Mientras tanto, la inversión ferroviaria está creciendo. Entre las terminales de construcción está Rangeland Energy, que está construyendo un nuevo centro terminal en Corpus Christi, Texas, para transportar combustible principalmente por ferrocarril a terminales en México.
En México, USD Group, una empresa basada en Houston, está construyendo una terminal de productos petrolíferos a alrededor de 150 millas (241,4 kilómetros) al oeste de la Ciudad de México.
Una terminal de carga ferroviaria está ya en línea en Beaumont, Texas, propiedad de la empresa Jefferson Energy Companies, para exportar productos refinados a México.
El mercado mexicano también se ha convertido en un gran negocio para las empresas de alquiler de autotanques. Las tarifas de arrendamiento de los autos cisterna más antiguos que están dejándose de usar gradualmente en Estados Unidos pero que todavía se pueden usar en México han aumentado a unos US$500 al mes, frente a los US$200 hace seis meses.
4J Energy, que actualmente envía 80 vagones de diésel al mes, espera iniciar cargamentos de gasolina en enero y los volúmenes totales llegarán a más de 100 vagones por mes en febrero.
"Prevemos un crecimiento fantástico en este segmento del negocio", dijo Jay Harbison, presidente de la compañía.