Pasar al contenido principal

ES / EN

Industria maderera de Bolivia arrastra cuatro años de crisis
Miércoles, Agosto 12, 2015 - 10:11

La caída en las exportaciones por falta de madera, el ingreso de materia prima de Brasil y los fenómenos climáticos pusieron en dificultades a la industria maderera nacional.

La industria maderera está en crisis desde hace cuatro años debido a cinco factores que causaron el cierre de al menos 67 empresas. Las importaciones de madera y sus manufacturas superaron por primera vez en una década a las exportaciones.

El gerente general de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB), Jorge Ávila, identificó las cinco causas que ocasionaron el debilitamiento del sector: el “excesivo” control estatal en la producción de la materia prima (1), el racionamiento de diésel para la industria (2), el crecimiento de las importaciones (3), la falta de acceso al crédito (4) y el cambio climático (5).

Desde 2005 hasta 2012, las exportaciones de madera y sus manufacturas superaron a las importaciones alcanzando un valor máximo de US$127 millones en 2007, mientras que las compras llegaron hasta los US$63 millones al final de ese periodo. Sin embargo, en 2013 la situación se equilibró y registró US$67 millones, tanto en ventas como en compras.

El año pasado, el valor de las importaciones llegó a los US$75 millones, US$9 millones más que las exportaciones, y a mayo de este año alcanzó los US$30 millones, US$1 millón más que las exportaciones.

“El primer factor por el cual se está atravesando esta difícil situación, desde 2011 hasta 2014, es el exceso de regulación por parte de la Autoridad de Bosques y Tierra (ABT), que ha burocratizado la producción”, sostuvo Ávila.

Para el jefe nacional de Fiscalización y Control del ente regulador, Redmy Padilla, la crisis del sector se inició en 2010 —cuando comenzó a operar la ABT en reemplazo de la Superintendencia Forestal— con la sobreoferta de madera en el mercado boliviano.

“Se cerró la exportación y (los empresarios) saturaron el mercado con madera de construcción”; además, esta situación tiene que ver con las regulaciones que pueda implementar la CFB para “controlar hasta cuánto (de madera) van a sacar” al mercado, afirmó.

Otro detonante de la crisis fue la reducción de las raciones de diésel para la industria maderera en algunas regiones del país. La falta de “diésel ha limitado la producción de muchas empresas, porque el combustible no llega de manera oportuna o suficiente a una zona productora, especialmente en las fronteras”, dijo Ávila.

El tercer elemento, agregó, es el “ingreso con mayor fuerza” de materia prima al país por falta de medidas de protección para la industria maderera nacional. “Brasil ha devaluado su moneda y eso ha hecho que sus productos madereros bajen sus precios drásticamente. Eso implica que las importaciones” de madera y sus manufacturas, así como de productos similares a este material (muebles de trupán, cartón y madera prensada) “se conviertan en una alternativa muy rentable para algunos comerciantes nacionales que están matando a la industria maderera” boliviana, lamentó.

Las dificultades que surgieron entre 2011 y 2012, asimismo, dejaron a muchas empresas en situación de iliquidez, ya que el sistema financiero nacional dejó de atender a la actividad forestal. “Los operadores forestales no son bienvenidos en los bancos, porque no tienen las suficientes condiciones para garantizar el apalancamiento financiero”. A todo esto se suma el cambio climático, que perjudica la zafra maderera reduciendo las temporadas de tala.

Estos aspectos se reflejan en la Rueda Internacional de Negocios de la Industria Maderera, que generó este año US$8,5 millones en intenciones de negocios, cuando en 2011 había llegado a US$42 millones. “En este momento apenas hay 22 empresas concesionarias de las 89 que existían en la Cámara en 1997 y de casi 6 millones de hectáreas (ha) que administrábamos en calidad de concesión tenemos apenas 2 millones”, afirmó el Gerente General de la CBF.

Se calcula que entre 2011 y 2014 se cerraron al menos 3.800 micro y pequeñas unidades productivas del sector maderero en El Alto, La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, agregó el empresario.

Empresas. “Muchas de las medianas y grandes (empresas) tuvieron que despedir mucha gente porque las fuentes de empleo ya no se pueden sostener con la actual crisis” del sector, aseveró.

El gerente propietario de la Maderera Comarbol, de Cochabamba, Nelson Mejillos, dijo que la producción de su empresa se redujo de forma importante por el incremento de las importaciones provenientes de Brasil.

“En los últimos años se ha sentido bastante la llegada de materia prima que no es de la misma calidad que la nuestra, pero a precios relativamente elevados, lo que ha causado que nuestros precios también sean más elevados y que la gente ya no quiera comprar madera”. Hace cinco años, consideró, el 80% de la materia prima que se compraba en el mercado boliviano era nacional; hoy ese porcentaje bajó a 25. Se “está matando a nuestra industria”, expresó.

Para TOM Industria y Comercio de Madera, de Santa Cruz, la alta demanda de este material y la poca oferta nacional impulsaron las importaciones del producto desde Brasil. Los ejecutivos de la empresa consideraron que la falta de materia prima nacional fue el origen de la crisis del sector y causó la reducción de su personal, por lo que tuvieron que adaptarse al uso de los nuevos materiales para la elaboración de muebles.

Autores

LaRazón.com