En este crecimiento tuvo que ver la decisión del gobierno de fortalecer la fiscalización de las importaciones, para evitar el dumping de ciertos productos que ingresaban a un precio por debajo del mínimo establecido.
La actividad textil alcanzó en junio último un crecimiento de 4,5%, interanual destacándose entre el resto de los sectores industriales que en muchos casos experimentaron mermas en su desempeño en el sexto mes del año.
El dato dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) no es menor, ya que se trata de una industria generadora de una importante cantidad de mano de obra.
Mucho tuvo que ver en este crecimiento de la actividad textil, la decisión del gobierno de fortalecer la fiscalización de las importaciones, para evitar el dumping de ciertos productos que ingresaban a un precio por debajo del mínimo establecido, para que no se convierta en una competencia desleal para la industria nacional.
También comenzaron a hacerse efectivas las inversiones anunciadas por el sector en los últimos años, de construcción de fábricas y de ampliación de la cadena productiva existente.
Cabe destacar que la industrial textil fue uno de los sectores más golpeados durante los ’90, cuando a caballo de las importaciones chinas, los fabricantes nacionales fueron arrinconados y casi desaparecieron.
Recién a partir de 2002, con la recuperación de la competitividad externa, producto del sostenimiento de un tipo de cambio alto, este sector inició una senda que le significó un crecimiento de 169% y la casi duplicación de sus empleos que pasaron de 66 mil a 118 mil en diez años.
En el comportamiento demostrado en la primera parte del año por este sector, cuando algunos de gran talla como el automotriz presentaron dificultades en su desarrollo, no sólo influyó el ordenamiento del comercio exterior, sino también la efectividad de las inversiones.
El desembolso anual durante 2011 alcanzó los $1.435 millones (US$314 millones), la cifra anual más elevada desde 2003, según datos de la Fundación Pro Tejer.
Desde 2003, el sector textil totalizó inversiones por $9.140 millones, las cuales "permitieron un mayor dinamismo y flexibilidad de la oferta productiva para responder a la mayor exigencia de un fortalecido mercado nacional y a la competencia de los productos importados".
“Las estimaciones de la Fundación Pro Tejer, en base a un sondeo sobre los principales núcleos productivos, pronostican para 2012 un nuevo aumento de las inversiones textiles", agregó el informe.
Los resultados del relevamiento de Pro Tejer dan cuenta de que en todos los rubros de la cadena de valor textil e indumentaria, existen planes activos de inversión de gran envergadura.
Entre las firmas que encaran importantes proyectos de inversión para este año o que ya están en marcha desde el año pasado, se encuentran la hilandera TN Platex; Mafissa (hilados y fibras sintéticas); Guilford Argentina (tejeduría de punto); Italcolore (tintorería y acabados), y Textil Amesud (tejeduría, tintorería y estampería).
También se insertan en estos planes Eyelit (marca de indumentaria y confeccionista); Galfione (hilados y fibras sintéticas); R.A. Intertrading (confección de indumentaria); Hanesbrands (indumentaria): Tenoar (telas y entretelas no tejidas); Jazmín Chebar (marca de indumentaria); Algoselan Flandria (tejeduría plana y denim), y Gepetto (indumentaria infantil).