El ente regulador de la competencia de la Unión Europea acordó este lunes que el banco holandés tendría hasta el 2015 para devolver los 3.000 millones de euros restantes, más una prima del 50%.
Amsterdam/Bruselas. El banco y grupo de seguros holandés ING consiguió más tiempo de parte de reguladores para desprenderse de activos y pagar deuda al gobierno, con lo que evitó una venta forzosa y quedó bajo supervisión estatal sobre los retrasados pagos de dividendo.
El ente regulador de la competencia de la Unión Europea acordó este lunes que ING, que recibió 10.000 millones de euros (US$12.700 millones) de ayuda estatal en la crisis financiera del 2008, tendría hasta el 2015 para devolver los 3.000 millones de euros restantes, más una prima del 50%.
También dio al banco holandés hasta el 2018 para vender o poner a cotizar sus operaciones de seguros y gestión de inversiones, activos cuyas partes deberían venderse con facilidad.
El ente regulador originalmente había determinado que ING debía despojarse del negocio y devolver los fondos estatales para fines del 2013, como condición de aprobación para la ayuda.
Bancos de toda Europa están vendiendo activos y recortando costos en un esfuerzo por recuperarse de la crisis financiera y cumplir con nuevas regulaciones. Pero muchos de ellos están sufriendo para concretar acuerdos en medio de una economía global debilitada y mercados financieros inquietos.
El mes pasado, el Royal Bank of Scotland -también bajo presión de reguladores europeos para desprenderse de activos, padeció el colapso de una venta de 316 sucursales al banco español Santander.
"Esto es moderadamente positivo en el sentido de que no tienen que vender en el mercado debilitado", dijo Tom Muller, analista en la banca privada Theodoor Gilissen, sobre el tiempo extra obtenido por ING.
"Por otro lado, es un poco negativo porque no van a querer pagar dividendos en el futuro cercano debido a los pagos de devolución de la ayuda estatal", agregó.
A las 12:32 GMT de este lunes, las acciones de ING subían un 2,6% a 6,679 euros.
"Con todas las prioridades que tenemos, no creo que haya interés de los accionistas en que ahora empecemos a pagar dividendos", señaló el presidente ejecutivo de ING, Jan Hommen.
"A ellos les gustaría ver que le pagáramos al estado, que devolviéramos el doble apalancamiento", agregó en referencia al capital usado en los sectores de seguros y banca del grupo,
ING dijo que afrontaría algunas restricciones, entre ellas un límite a su capacidad para hacer adquisiciones hasta el 2015 o la fecha en que se haya desprendido de más del 50% de sus operaciones de seguros y gestión de inversiones.