La penetración del servicio en dicho país es reducida debido a que los proveedores deben subcontratar el servicio de empresas internacionales, lo cual encarece los costos
Luego de 21 años de su incursión en Bolivia, la internet sólo llega al 9% de la población (938.354 habitantes), debido, principalmente, a las dificultades de acceso a la tecnología y a los altos costos del servicio que ofrecen los proveedores.
A pesar de que la idea de una red global de información ya recorría el mundo en la década de los 60, la iniciativa recién llegó como proyecto al país en 1989, impulsada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de los Estados Americanos (OEA), entre otros.
“En principio, llegamos a tener cerca de dos mil usuarios a través del primer proveedor de Bolivia: Bolnet”, recordó uno de los proyectistas del programa concretizado por la UMSA, Clifford Paravicini, ex superintendente de Telecomunicaciones y actual coordinador del Programa Umsatic 2.
Hoy por hoy, “Bolivia es un país que tiene poca penetración de internet. El nueve por ciento de la población tiene acceso a este servicio, lo que muestra una gran falta de acceso a la tecnología”, aseguró el gerente general de Microsoft Bolivia, Milton Díaz Velando.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la población proyectada para Bolivia este año alcanza a 10.426.154 habitantes, de los cuales 983.354 (9%) tendrían acceso al servicio.
Las empresas del sector industrial, comercial y de servicios, así como los cafés internet son los usuarios más importantes. No obstante, la demanda de esta tecnología en los hogares es cada vez mayor debido a que se ha empezado a usar la internet como una herramienta de trabajo, de información o simplemente de ocio, pero el acceso es restringido por los altos costos. A través de las tecnologías satelital, Wi Max, Wi Fi y ADSL las empresas proveedoras ofertan los servicios de telefonía móvil de tercera generación (3G o 3.5G), tecnología GPRS y 4G, entre otros, así como internet de banda ancha para usuarios, principalmente corporativos.
“Nuestra mediterraneidad marítima es también mediterraneidad tecnológica. Si estuviéramos a orillas del mar, el megabite (unidad de capacidad de ancho de banda) costaría US$120 al mes en lugar de los US$720 que nos cuesta ahora”, sostuvo Paravicini.
Las empresas del país generalmente subcontratan la transmisión de datos de otras empresas internacionales “lo que provoca un encarecimiento en los costos de este servicio”, remarcó.
Esta situación se debe a que las redes de fibra óptica, que proporcionan conexiones transoceánicas a través de ondas electromagnéticas, son más accesibles que la conexión vía satélite y más eficientes que los vínculos telefónicos debido a que estas líneas están tendidas cerca de los países costeños.
Por esta y otras razones, la tecnología de internet, en países como Chile, Argentina, Brasil y Perú, avanza “a velocidades realmente impresionantes”, abaratando cada vez más los costos para el consumidor. Chile, por ejemplo, tiene una penetración de la internet del 67%, cifra que “continúa creciendo”, indicó Díaz.
Una ventaja de estos sistemas es la gran distancia que una señal puede recorrer antes de necesitar un repetidor para recuperar su intensidad. En la actualidad, los repetidores de fibra óptica están separados entre sí unos 100 kilómetros (km) frente a aproximadamente 1,5 km de los sistemas eléctricos. Más aún, los amplificadores recientemente desarrollados pueden continuar incrementando esta distancia, abaratando así los costos del servicio para los usuarios.
Según el Gobierno, la penetración del internet en los hogares es de 40%, pero contempla que desde finales del 2011 el 80% de los hogares tenga este servicio, señaló Paravicini.
El servicio de regulación
El ex superintendente de Telecomunicaciones Clifford Paravicini indicó que no existe actualmente una ley que regule el servicio de internet. “Los proveedores del servicio de internet en sus contratos de concesión no tienen absolutamente ninguna restricción: está ausente el tema de la calidad de servicio y la penalización por incurrir en esta infracción”, aseguró Paravicini.
Consultado sobre el tema, el Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Vivienda no proporcionó ningún tipo de información. El servicio es un punto que se puede controlar, agregó Clifford Paravicini, pero no así los contenidos de la información.
La opinión de dos empresas proveedoras del servicio
‘Los costos son competitivos en el país’
Eduardo Viñas (Tigo). Gerente de Marketing
“Tigo es una empresa internacional establecida en diferentes países y los costos de sus servicios, como el de internet, son competitivos en proporción a las demandas de los comsumidores. Por esta situación, además de masificar el servicio y el acceso, cuidamos algunos aspectos que nos identifican como el hecho de ser innovadores en nuestros servicios y la atención al cliente. Para este año, la empresa tiene proyectado robustecer su red a través de las ampliaciones de red para llegar con la mejor cobertura en nuestros servicios a nivel nacional”.
‘Hay una tendencia a reducir los precios’
Pilar Soria (Viva). Gerente Regional
“Si bien el precio actual del servicio es todavía relativamente elevado, esto se debe, principalmente, a los costos de salida internacional que otros países no tienen; los precios pueden ser más competitivos en la medida en que se reduzcan estos costos. Sin embargo, en la actualidad, hay una tendencia a que los precios decrezcan. Viva hace un gran énfasis en poder reducir la brecha digital en nuestro país a través de la ampliación de cobertura y el desarrollo de nuevos servicios, esto pensando siempre en adecuarnos a las necesidades de nuestros clientes”.