"Las señales para China siguen siendo fuertes (...) y dado que continuamos creyendo en las naciones emergentes y el panorama a mediano plazo para China, pensamos que veremos más inversiones," dijo Paul Robinson, de la consultora CRU Group.
Londres. Las mineras invertirán más en la construcción de nuevos yacimientos en el 2012, a pesar de las recientes caídas en los precios de los metales industriales, dada la creencia de que se necesitan proyectos nuevos para satisfacer el voraz apetito de China en los próximos años.
Los mercados de metales cayeron fuertemente por preocupaciones de que un crecimiento económico débil podría afectar la demanda.
El cobre referencial en Londres cayó a US$6.635 dólares la tonelada este lunes, su precio más bajo en 14 meses y casi 35% por debajo de un máximo histórico de US$10.190 alcanzado en febrero.
Pero, por ahora, la expectativa es que aparte de la incertidumbre a corto plazo, China, el principal consumidor de metales, y otras economías emergentes tomarán cada vez más metales para satisfacer sus necesidades de infraestructura.
"Las señales para China siguen siendo fuertes (...) y dado que continuamos creyendo en las naciones emergentes y el panorama a mediano plazo para China, pensamos que veremos más inversiones," dijo Paul Robinson, gerente del grupo de metales no ferrosos en la consultora CRU Group.
"Los indicios de las mineras muestran que ninguna está recortando sus carteras de inversión. Ninguna está diciendo que no invertirá en sus proyectos, en base al panorama económico," agregó.
La consultora Raw Materials Group, con sede en Estocolmo, estima que el gasto de capital de las mineras subirá casi 11% a US$155.000 millones el próximo año, con lo que alcanzaría el nivel más alto desde el 2008.
Este año, RMG estimó la inversión en US$140.000 millones, frente a los US$126.000 millones del 2010. La mayor parte del dinero se invierte en mineral de hierro, cobre, oro, carbón y potasa.
Hay cierta preocupación de que las empresas medianas y pequeñas podrían encontrarse en dificultades si la situación financiera se sigue deteriorando.
La mayor parte de las inversiones planeadas proviene de las mineras grandes.
"Los principales proyectos de gasto de capital provienen de empresas más grandes, y están comprometidas con estos proyectos (...) Confían en que la economía podrá rectificarse," dijo Damian Brett, un gerente de proyectos de RMG.
RMG estima que un 80% de los gastos de capital proviene de mineras grandes.
Muchas empresas también tomaron nota de la última crisis financiera en el 2008/2009 y de la velocidad con que se recuperó la demanda, e intentarán no demorar proyectos por temores a salir perdiendo.
"Demorar proyectos los puso en una peor posición. Entonces, si pueden, y la mayor parte tiene balances fuertes, deberían poder mantener el financiamiento y el desarrollo de estos proyectos," dijo Brett.
No hay lujos para mineras pequeñas. Las firmas más pequeñas no tienen el lujo de balances fuertes y tienen panoramas más cortos de tiempo para sus inversiones.
"Me preocupa más la exploración y las empresas mediana y pequeñas. Si se agota el dinero en los escenarios de precios más bajos, los operadores con más riesgo son los que viven mes a mes," dijo Robinson de CRU.
"Es probable que sean más susceptibles. Esencialmente, su situación no es diferente a la de la última recesión. Probablemente estén más cerca del cuarto más alto (de costos de producción) y necesitan inversores externos que creen en el panorama de materias primas," añadió.
El hecho de que el mercado de cobre pasa por un déficit de suministros y se mantendría de ese modo hasta mediados de la década actual significaría que el gasto en proyectos de cobre no será afectado, incluso si hay una recesión.
El suministro del metal, muy usado en energía y construcción, ha sido estrecho durante años por una combinación de caídas en la ley de algunas de las principales minas del mundo, demoras en proyectos y disputas industriales.
Algunos analistas proyectan que el déficit del mercado global de cobre llegará a unas 300.000 toneladas este año, que se sumará a un déficit de casi medio millón de toneladas el año pasado.