Hasta ahora, los inversores están viendo más que comprando, por lo que las inversiones en proyectos de energía en México están llegando a un paso más lento de lo que algunos esperaban.
Nueva York/México. Casi un año después de que México concretó la apertura de su mercado energético a inversores privados, firmas norteamericanas están corriendo al sur a decidir en qué ducto o planta de generación eléctrica invertir.
El entusiasmo es tan alto que algunos ejecutivos de grandes administradoras de fondos, fondos de pensión y firmas de inversión se quejan de hoteles sobrevendidos en algunas partes de México y vuelos en clase de negocios repletos con competidores leyendo presentaciones de negocios.
Pero hasta ahora, los inversores están viendo más que comprando, por lo que las inversiones en proyectos de energía en México están llegando a un paso más lento de lo que algunos esperaban.
La Secretaría de Energía ha fijado una expectativa de US$62.500 millones en inversiones pública y privadas en los próximos tres años para nuevos proyectos derivados de la reforma energética, puesta en marcha en agosto del año pasado.
Desde entonces, sólo se han anunciado cinco negocios de inversión privada con un valor total de US$2.000 millones, de acuerdo con Pitchbook, una firma de análisis que tiene su sede en Seattle.
Si bien el flujo de inversión podría abrirse eventualmente dada la promesa de proyectos en gas, petróleo y energías renovables, algunas de las reticencias para cerrar operaciones podrían tener que ver con los peculiares riesgos de hacer negocios en México.
La burocracia, el crimen, reglas de tenencia de la tierra y oposición local han retrasado algunos proyectos y elevado sus costos, dijeron inversores a Reuters.
"Hay mucho interés pero coincido en que no ha habido muchos acuerdos anunciados", dijo Alfredo Alvarez, socio de Ernst & Young, que asesora a inversores en acuerdos de infraestructura energética en la Ciudad de México.
El Gobierno mexicano y los reguladores están todavía terminando de definir el marco regulatorio de la reforma energética, dijo Alvarez, quien añadió que una vez que inicien las licitaciones para proyectos de exploración de petróleo, que típicamente requieren más de US$1.000 millones, el valor total de los acuerdos crecerá dramáticamente.
La petrolera estatal Pemex espera una inversión total de US$76.400 millones en exploración y producción como resultado de la reforma, dijo una portavoz.
"El proceso de implementación está avanzando satisfactoriamente y la inversión se va a materializar, así como la creación de empleos", dijo un portavoz de la Secretaría de Energía.
Temprano entusiasmo. La reforma energética terminó con el monopolio del que gozó Pemex en el sector petrolero durante siete décadas y el de la electricidad en manos de la también estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE).
"Creemos que es una gran oportunidad para los inversores", dijo Larry Fink, presidente ejecutivo de BlackRock, en una entrevista con Reuters en abril. "Somos grandes creyentes de México, en el impulso de las reformas", añadió.
Además de BlackRock, las firmas KKR y First Reserve y Partners Group de Suiza han anunciado inversiones en proyectos de energía en México en los últimos meses.
Los fondos de pensiones podrían no estar muy lejos. El segundo mayor fondo de pensiones de Canadá, Caisse de depot et placement du Québec, está creando un fondo para invertir conjuntamente con fondos de pensiones locales hasta US$3.000 millones en infraestructura energética, según un prospecto en la bolsa de valores.
La firma también está abriendo una oficina en México, dijo el portavoz Maxime Chagnon.
También el Sistema de Retiro de Profesores del Estado de California, el segundo mayor plan público de pensiones de Estados Unidos, y Consejo de Inversiones del Plan de Pensión de Canadá, el fondo de retiro más grande de ese país, están buscando invertir en México tras la reforma, dijeron funcionarios a Reuters.
Permisos antes que ductos. Para el negocio correcto la recompensa puede ser dulce. Un proyecto como un ducto de gas natural puede rendir entre un 9 y un 12% en las siguientes décadas.
Pero llegar a construir esos proyectos puede ser un reto. Permisos ambientales pueden tomar meses en vez de semanas y opositores locales pueden bloquear los proyectos.
En marzo, el fondo de inversión en México de Grupo Macquaire dijo en un reporte a la bolsa que había una "incertidumbre substancial" sobre si iba a recuperar su inversión de más de 1.100 millones de pesos (US$71,31 millones) debido a la oposición de grupos que bloqueaban el acceso a su proyecto eólico Marena Renovables en Oaxaca.
Las empresas tienen que tener permisos de derechos de vía de cada propietario por cuyas tierras pase un nuevo ducto. En algunas zonas de México esto puede involucrar a cientos de dueños.
"Normalmente no duermo hasta que tenemos 95% de los derechos", dijo Javier Chavarría, vicepresidente senior para las Américas de la firma de infraestructura Partners Group, en un discurso en Nueva York. "Sólo se necesita de un propietario" para estancar un proyecto.
El ducto de US$250 millones y 172 kilómetros de las españolas Enagas y Elecnor en el central estado de Morelos tiene dos años de retraso debido a problemas para obtener los derechos de vía de 2.000 pequeños propietarios por cuyas tierras va a pasar el ducto.
Recientes leyes aprobadas podrían hacer más fácil lidiar con estos problemas, pero aún no han sido puestas a prueba, dijo Marisol González de Cosio, una directora en Standars & Poor's.
Temas relacionados con seguridad y corrupción también provocan vacilaciones de los inversores.
Temas Key Energy Services Inc., que tiene su sede en Texas, asumió una pérdida de US$2,2 millones en el primer trimestre por activos destruidos por el ataque incendiario a unas instalaciones en el estado de Tabasco, en el sur del país.
El interés por los negocios sigue alto y los recién llegados siguen reservando vuelos, restaurantes y habitaciones de hotel para consternación de inversores establecidos como Chavarría.
Él solía encontrar fácilmente reserva en el hotel Marriott, en el exclusivo barrio de Polanco en la Ciudad de México antes de que llegara la competencia.
"Ahora tengo que llamar a dos o tres hoteles antes de conseguir una reservación", dijo.