Las grandes aerolíneas del Golfo Pérsico vuelan cada vez más alto en el mercado aeronáutico mundial. La clave de su éxito es el servicio premium.
El año pasado los ingenieros de Airbus presentaron en Londres su visión del avión del futuro: una aeronave de techo transparente que permite ver las estrellas, con espacios de realidad virtual y sistemas de aire enriquecidos con antioxidantes. Si este audaz concepto llega a ver la luz en 2050 y las distintas aerolíneas mantienen su posicionamiento de mercado actual, lo más probable es que sean las poderosas compañías del Golfo Pérsico las primeras en operarlo.
“La región es la clave para afrontar los desafíos de la aviación y aportar con elementos positivos”, señaló James Hogan, CEO de la compañía aérea Etihad, de Abu Dhabi, durante la celebración del World Passenger Symposium realizado en ese país a fines de 2012.
Respaldadas por sus gobiernos, la fuerza de los petrodólares y la importancia de los aeropuertos de Doha, Dubái y Abu Dhabi, las aerolíneas del Golfo Pérsico han crecido con fuerza en los últimos años. Las razones para esto son variadas, pero las principales son el poder adquisitivo de la región, y los servicios de valor agregado y la infraestructura aeroportuaria de primer nivel. “Los hubs han sido claves, pues la comodidad de rutas directas sin escalas en equipos modernos de gran autonomía brinda más placer a los pasajeros”, señala Javier Reynoso, profesor de EGADE Business School en México.
Tómese, por ejemplo, el caso de Dubái, donde se encuentran el excéntrico hotel Burj Al Arab, el cuarto aeropuerto con mayor tráfico de pasajeros en el mundo y una de las aerolíneas más famosas a nivel mundial por sus estándares de atención al pasajero. “Los Emiratos Árabes han entendido la importancia de la aviación, por lo que sus gobiernos han impulsado una visión integral del transporte”, explica Ricardo Delpiano, consultor de Business Development Vortexx.
Esto se ha traducido en que aerolíneas como Qatar Airways, Emirates y Etihad, conocidas como los “jeques del aire”, hayan logrado innovar los paradigmas de vuelo, creando una experiencia única a través de servicios premium. Según los expertos, uno de los elementos que explican el éxito de estas aerolíneas es esta oferta personalizada que va desde el check-in hasta el check-out. “Es esta atención personalizada la que precisamente garantiza la lealtad de los pasajeros”, indica Máximo Gainza, analista de Ascend Worldwide.
Para los usuarios que optan por volar en estas aerolíneas el precio pasa a un segundo plano. “Lo importante es el valor añadido. Siempre que exista un servicio por encima de las expectativas el consumidor estará dispuesto a pagas por ello”, señala María Eugenia Girón, profesora del IE Business School con más de 18 años de experiencia en la industria del lujo.
El lujo con el que cuentan estas compañías aéreas es casi impensable. Emirates Airlines cuenta con mobiliarios de finas maderas con bordes de oro (sí, de oro), sofás que se convierten en camas con sólo presionar un botón y comida preparada por chefs de fama internacional. Los servicios de tierra incluyen traslado en limusina con chofer personal. “Algunas compañías como Qatar Airways buscan diferenciarse a través del diseño y se hacen asesorar por arquitectos de la talla de Marc Newson, cuyas obras se exhiben en el MoMa de Nueva York”, agrega Abelardo Marcondes, fundador de Luxurylab, foro especializado en la industria del lujo.
DETRAS DEL DESPEGUE
De las tres compañías, Emirates es la mayor y la más antigua, con 407 destinos y una flota de 191 aviones de fuselaje ancho. De hecho opera la mayor flota mundial de Airbus 380. Fue elegida la compañía del año en 2011 y se destaca por contar con aviones modernos y con un altísimo nivel de utilización. Sólo en 2012 ha invertido US$ 3.800 millones en dos Airbus 380, 10 Boeing 777 y un carguero. Su CEO, el jeque Ahmed bin Said Al Maktoum, es tío del actual gobernante y presidente del Departamento de Aviación Civil del Emirato.
La flota de Qatar es un poco menor, 116, igualmente moderna, pero menos intensiva en aviones de cabina ancha. En noviembre pasado recibió su primer 787 Dreamliner, con lo que pretendía iniciar servicio hacia ciudades como Atlanta, Toronto y Detroit. Este año agregará las rutas de Chicago, Chengdu (China) y Salalah (Omán).
Por su parte, Etihad, la más joven de las aerolíneas del Golfo Pérsico, cuenta actualmente con una flota de 66 aviones. A diferencia de las otras dos, es la única que no la dirige un ejecutivo local. El australiano James Hogan fue nombrado CEO en 2006, apenas tres años después de la fundación de la compañía, y la ha dirigido durante su fase de rápido crecimiento.
Interesante es observar el tipo de branding que trabajan las tres. Si Emirates auspicia la camiseta del club de fútbol londinense Arsenal, Etihad lo hace con la del Manchester City y Qatar con la del Barcelona.
EL FUTURO
En total los tres jeques del aire transportaron más de 58 millones de pasajeros durante el último ejercicio. Las últimas cifras disponibles de las tres muestran crecimientos de tráfico de dos dígitos. Qatar Airways tuvo un crecimiento de pasajeros de 30%, Emirates Airline de 20%, mientras que Etihad 17%. Para Philip Moscoso, del IE Business School, éste se explica por la integración de negocios: sus dueños tienen acciones en los principales hubs del mundo y en la industria del petróleo.
En América Latina la presencia de los jeques es reciente. Emiratos empezó a volar a América Latina recién en 2007 y hoy opera un vuelo directo diario a São Paulo y otro a Buenos Aires con escala en Rio de Janeiro. Qatar Airways llega también a Buenos Aires y São Paulo desde 2010. Etihad planea llegar en 2013. “Esto es importante, pues en la región uno de los segmentos que más están creciendo, por sobre un 60%, es el del lujo experimental, que incluye los viajes”, agrega Joel Muniz, partner y managing director del Boston Consulting Group.
Tradicionalmente reacios a las alianzas, los jeques hoy se están abriendo a éstas. Emirates Airlines está negociando una alianza con Qantas, mientras que Etihad busca convertirse en accionista mayoritaria de la alemana Air Berlin o Alitalia, ambas en situación muy precaria. Por su parte, Akbar Al Baker, CEO de Qatar Airways, anunció en octubre pasado la decisión de integrarse a la alianza One World.
La historia de la aviación comercial en el Golfo tiene también historias de fracaso rotundos. “Sin más, Gulf Air, de Bahréin, supo ser una aerolínea de primer nivel, al estilo Emirates, entre los 70 y los 90, lentamente fue perdiendo mercado hasta llegar al borde del colapso”, señala Máximo Gainza, de Ascend Worldwide.
Por el momento, ninguna de las tres grandes parece estar siquiera cerca de una crisis de estas características. Por el contrario, muchos analistas han destacado que con sus modelos de negocios y su sólida posición financiera, estas aerolíneas podrían representar una seria amenaza para compañías como Air France-KLM, British Airways o Lufthansa. De ser así, si en 2050 el revolucionario Airbus efectivamente llega a despegar desde Frankfurt, puede que su destino no sea Nueva York o Tokio, sino alguna de las futuristas capitales del Golfo.