Los bajos precios que las industrias pagan por la cosecha de caña dulce dejan un “sabor amargo” a los pequeños productores, declaró el agricultor Arnaldo Jiménez, del distrito de Tebicuarymí, departamento de Paraguarí.
Asunción. “Es una desesperanza para los productores. La caña de azúcar sirve solo para comer algo y la vendemos solo para no dejar que se descomponga en nuestra chacra”, comentó.
Detalló que la caña de azúcar convencional tiene un precio de G. 100.000 por tonelada y la orgánica G. 120.000 por tonelada en las industrias.
“Ni siquiera el forraje tiene ese bajo precio y nosotros estamos dando a G. 100 por kilogramo. Es una vergüenza”, lamentó.
Responsabilizó al Gobierno del abandono al sector cañero paraguayo.
Pronosticó que dentro de poco tiempo desaparecerían los productores cañeros de menos de 100 toneladas al año.
En la referida zona de cultivos de caña dulce hay 250.000 personas que dependen directamente de dicho rubro. Resaltó que el renglón ya no es rentable ni para el transportista ni para el productor.
“Hay ingenios azucareros que solo dejan entrar su propia producción y cada dos a tres días adquieren de los pequeños productores”, acotó.
Observó que, según la experiencia de países vecinos, el futuro de este cultivo tradicional es la mecanización.
“Hay muchos problemas y casi nula asistencia gubernamental”, enfatizó Jiménez.
Como una manera de paliar la decadencia de la caña dulce, en el distrito de Itapé, Guairá, los productores diversificaron su actividad con cría de cerdos. El resultado es hasta ahora exitoso, según informes de Juan Castor Sanabria.
“El productor cañero está terminando y va a terminar si seguimos así. Este es el momento de intervenir en alguna cosa”, finalizó.