El politólogo alemán Günther Maihold, que dirige la cátedra Humboldt del Colegio de México, señala que “con estas reformas México se actualiza a nivel internacional (…) El reto será la transparencia en las licitaciones que garantice que estos contratos serán concedidos sin preferencias unilaterales ni corrupción”.
El Senado mexicano aprobó hace unos días la reforma energética, un hito histórico que termina con el monopolio estatal de casi 80 años de Pemex y del control estatal en el suministro de energía eléctrica. Ambos monopolios eran considerados reliquias del pasado, carentes de capital y de tecnología necesarios para dar un buen servicio y ofrecer un buen precio a los mexicanos. En conversación con DW, el politólogo alemán Günther Maihold, que dirige la cátedra Humboldt del Colegio de México, habla sobre los pormenores de la reforma en la que ha empeñado su capital político el actual presidente, Enrique Peña Nieto.
DW: ¿Cómo ha sido recibida la reforma energética por parte de la sociedad mexicana?
Günther Maihold: Hay un debate entre las distintas posiciones, quienes están a favor y en contra. Pero no hemos visto una gran movilización de protesta en las calles, excepto una marcha convocada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). En general hay una gran expectativa porque esta reforma ‘madre', sea aplicada y genere inversión extranjera. Quienes se oponen a ella están organizando una consulta popular el año entrante y quieren transmitir el mensaje a nivel internacional de que cualquier decisión en cuanto a inversiones no sería oportuna tomarla ahora.
-El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto espera atraer inversiones para lograr ‘el despegue de México', ¿Hay alguna idea de a cuánto asciende el monto de inversiones en Pemex y en el suministro eléctrico?
-Eso es muy difícil de prever porque primero se hace una invitación al sector privado a que participen en la construcción de infraestructura en el caso de los ductos petroleros, de las conexiones eléctricas, de la exploración y prospección de nuevos yacimientos petroleros. El proceso que se ha acordado es que habrá una licitación pública respecto a todas estas oportunidades de inversión y a partir de ahí se verá muy rápidamente que tan fuerte es el interés de posibles inversionistas y a cuáles montos asciende el compromiso de éstos, pero en última instancia todos estos procesos necesitan mucha preparación, mucha experticia técnica y por eso no será un despegue muy rápido.
-Pero los efectos de las reformas difícilmente se verán en el sexenio de Peña Nieto...
-Puede ser que algunos tramos de conexiones eléctricas puedan terminarse, pero la primera licitación sobre tramos de conexiones eléctricas que se dio hace una semana prevé que el pedazo más corto podrá inaugurarse en julio de 2018, casi al fin de su sexenio. Pero esa es la gran ventaja. Se trata de una reforma que no va a llevar aguas a los molinos de un partido político, en este caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sino que son inversiones que tendrán un efecto a largo plazo. El objetivo es que mejore la competitividad de México a nivel internacional como país que busca reorientar su plataforma productiva.
-Como la explotación de las grandes reservas de gas de esquito. Se decía que había empresas canadienses y estadounidenses haciendo cola para entrar al mercado mexicano, ¿es así?
-Hay reservas de gas en el norte de México que se espera explotar a través del controvertido método ‘fracking'. México depende de las importaciones de gas de Estados Unidos, en particular en la franja fronteriza, por lo que sería una oportunidad mejorar el abastecimiento nacional con recursos propios e incluso poder exportar el hidrocarburo, sin embargo es necesaria alta tecnología que México no tiene. Tanto en petróleo como en gas México depende de la tecnología internacional a la que puede acceder sólo a través de proyectos con participación de empresas que si la tengan.
-El modelo de explotación que contempla la reforma de Pemex autorizará concesiones a empresas privadas, pero el petróleo seguirá siendo soberanía del Estado. ¿Es similar al que manejan otros países? ¿Cómo es vista esta propuesta por otros países petroleros?
-Con estas reformas México se actualiza a nivel internacional. La situación particular de que el Estado controlara durante décadas toda la cadena productiva era una anomalía frente a los esquemas que practican otros países. La propuesta es un modelo que se ajusta a las reglas internacionales y ofrece condiciones de estabilidad y de inversión interesantes para empresas internacionales. Creo que estas reformas despertarán interés. El reto será la transparencia en las licitaciones que garantice que estos contratos serán concedidos sin preferencias unilaterales ni corrupción.
-Las reformas han sido recibidas con indiferencia por parte de la población. El nivel de popularidad de Peña Nieto ha caído y es uno de los más bajos comparado con presidentes anteriores. Esto se debe a que la economía sigue estancada, pese al empuje de industrias como la automotriz, y a que la gente no percibe ningún progreso.
-El proyecto reformista de Peña Nieto es celebrado y elogiado a nivel internacional mientras que a nivel nacional se ve con cierta indiferencia y hasta preocupación porque la expectativa de la población era que generara un crecimiento mayor y mejores oportunidades de empleo e ingresos. Este es el dilema que enfrenta el gobierno que publicita que habrá más empleo y oportunidades, sin embargo es un proceso de largo plazo que además tendrá que contratar personal extranjero pues la experticia nacional no está al mismo nivel en ciertas áreas. El gobierno ha creado una expectativa que tal vez no pueda cumplir en el corto plazo y eso puede generar rechazo. Mientras que en el extranjero se elogia esta política de apertura.
-¿Tendrá un costo político para el PRI?
-No lo creo. Este era un paso necesario desde hace tiempo. México ya no tiene muchas reservas de petróleo, tiene graves problemas en el suministro de gas. Es un sector que necesita urgentemente de nuevos recursos. Pemex ha ejercido el papel de caja chica del presupuesto nacional y cambiar esta dinámica y dejarla fuera del ámbito de competencia de la Secretaría de Hacienda es un paso importantísimo para que Pemex pueda funcionar sin que el erario público consuma todos sus recursos y la deje sin capacidad de inversión.