El Banco Mundial y Gallup realizaron una encuesta para determinar la forma en que los adultos ahorran, realizan pagos y gestionan el riesgo dentro y fuera del sector financiero formal.
La mitad de los adultos en todo el mundo no tienen una cuenta en una institución financiera formal, es decir, un banco, caja de ahorros, cooperativa de crédito, oficina de correos o institución microfinanciera. Estos 2.500 millones de adultos que no utilizan los servicios bancarios carecen de un lugar seguro donde colocar sus ahorros y probablemente solo tienen un acceso limitado al crédito. Para las personas que no tienen una cuenta en una institución financiera, es más difícil recibir sueldos, remesas y pagos del gobierno.
Sin embargo, hasta ahora no existían indicadores sobre las prácticas bancarias de los pobres, las mujeres y los jóvenes en la mayoría de las economías. Para subsanar esta deficiencia, en 2011 el Banco Mundial y Gallup realizaron una encuesta en 148 economías para determinar la forma en que los adultos ahorran, realizan pagos y gestionan el riesgo dentro y fuera del sector financiero formal.
Enormes diferencias. Como cabía esperar, los datos muestran grandes diferencias según las regiones, países o determinadas características específicas (como el género, la educación y la edad). Según la base de datos Global Findex del Banco Mundial, en las economías avanzadas el 89% de los adultos tienen una cuenta bancaria, frente al 41% en los países en desarrollo. Entre los más pobres, el 23% de los adultos que viven con menos de US$2 diarios tienen una cuenta. En todo el mundo, el 55% de los hombres tienen una cuenta bancaria, frente al 47% de las mujeres.
Las razones citadas con más frecuencia por las que las personas no tienen una cuenta bancaria son que carecen del dinero suficiente para utilizar una cuenta (65%), los bancos están demasiado lejos o las cuentas bancarias son demasiado costosas (25% y 20%, respectivamente), y carecen de la documentación necesaria (18%). Por lo tanto, es necesario eliminar las barreras físicas, burocráticas y financieras para poder ampliar el uso de cuentas bancarias y aprovechar las ventajas financieras que estas comportan.
Círculos de ahorro y clubs de amigos. A nivel mundial, el 36% de los adultos indican que han ahorrado en los últimos doce meses, pero solo el 22% dice haber depositado sus ahorros en un banco u otra institución financiera formal.
Alrededor del 9% de adultos en todo el mundo han obtenido préstamos de un banco en los últimos doce meses, frente al 23% que los han obtenido de amigos o familiares. En los países en desarrollo, los círculos o clubs de ahorro comunitario son otra alternativa común (o complementaria) a la de depositar los ahorros en un banco. Este tipo de club -denominado susu en África occidental y pandero en Perú- opera normalmente mancomunando los depósitos semanales de sus miembros y desembolsando el total a un miembro diferente cada semana.
Revolución móvil. Un aspecto positivo de la expansión de los servicios financieros en el mundo en desarrollo es la reciente introducción del “dinero móvil”. Aunque muchos conocen el sistema de transferencias de dinero M-PESA en Kenya, los datos muestran el éxito del dinero móvil en toda la región de África subsahariana, donde el 16% de los adultos informan haber utilizado un teléfono móvil para pagar facturas o enviar o recibir dinero en los últimos doce meses.
Por lo demás, alrededor de la mitad de estos adultos no tienen una cuenta bancaria. No obstante, el promedio mundial de uso de dinero móvil en los países en desarrollo es solo 5%, lo que parece indicar que aún existen barreras regulatorias o de otra índole a la introducción del dinero móvil en otras regiones.
*Este informe ha sido preparado por Asli Demirguc-Kunt y Leora Klapper, de la Red de Desarrollo Financiero y del Sector Privado del Banco Mundial. Los datos provienen de la base de datos Global Findex, que se basan en más de 150.000 entrevistas en 148 economías y que pueden consultarse en www.worldbank.org/globalfindex.