Con casi 8 millones de habitantes, Bogotá parece estar tocando sus límites como megaciudad. La disputa entre el alcalde Enrique Peñalosa y los ambientalistas por la reserva Thomas van der Hammen exige pensar en una política poblacional para el país.
Bogotá. Esta semana las llamas devoraron un gran fragmento de los cerros orientales de Bogotá. Uno de los límites naturales de la ciudad. Miles de estudiantes de las universidades y habitantes de los barrios del centro fueron evacuados. Al mismo tiempo que el humo cubría el cielo capitalino, en las páginas de los periódicos, en las emisoras de radio y en las conversaciones de cafetería subía la temperatura del debate por el futuro del otro límite de la ciudad, el del norte, la reserva forestal Thomas van der Hammen.
Los protagonistas de la acalorada discusión eran, de un lado, los urbanistas que respaldan la idea del alcalde Enrique Peñalosa de construir viviendas para 1,7 millones de personas, expandiendo los bordes de la ciudad hacia el norte. Del otro, los ambientalistas que se niegan a que caiga una sola pizca de cemento sobre las 1.400 hectáreas verdes de la reserva.
Los primeros insisten en la necesidad de construir 80.000 viviendas en los próximos dos años. Y en que el lugar propicio es ese pedazo de tierra y el occidente. Argumentan que apenas el 7,8% de la reserva corresponde a ecosistemas de conservación, mientras que el 92,2% lo ocupan áreas deportivas, colegios, industrias, rellenos de escombros, casas y áreas agropecuarias.
Los segundos defienden la reserva, pues se trata de un corredor ecológico que conecta los cerros orientales, los humedales y el río Bogotá. Dicen que es parte de la estructura ecológica que necesita la ciudad para subsistir.
Enfrascados en la disputa, parece que un elemento esencial del debate está quedando por fuera: ¿es inevitable que Bogotá siga creciendo? ¿No será hora de intentar frenar el crecimiento de la capital y estimular el desarrollo de otros municipios y ciudades? ¿Tiene Colombia una clara política poblacional?
Según el alcalde Enrique Peñalosa, el área metropolitana de la ciudad va a triplicarse durante los próximos 40 años. Esto quiere decir que habrá 3 millones de habitantes más e implicaría 40 mil viviendas más cada año