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¿Logró el Golfo de México evitar el daño ecológico?
Jueves, Agosto 5, 2010 - 17:33

Alrededor de un tercio del litoral del Golfo, unos 1.029 kilómetros, fue contaminado, pero el petróleo en grandes cantidades sólo alcanzó a una fracción de unos 64 kilómetros.

Houston. Ahora que la mayor parte de la alguna vezinmensa marea negra del Golfo de México ya no es una amenaza, losexpertos en medioambiente afirman que las costas se habrían salvado desufrir una catástrofe de gran escala.

El derrameprovocado por la explosión del pozo Macondo de BP se redujo a tal puntoque los barcos de limpieza tienen problemas para hallar petróleo quepueda ser sacado del mar, y probablemente las bacterias que proliferanen las cálidas aguas del Golfo hayan neutralizado gran parte delpeligro.

"La gran mayoría del petróleo, cerca del75 por ciento de los 4,9 millones de barriles de crudo que fueronarrojados por el pozo, se evaporó o fue contenida", según un estudiodel gobierno de Estados Unidos publicado el miércoles.

"Lacosta del Golfo ha sido extremadamente afortunada en cuanto a lanaturaleza de los vientos y corrientes", dijo Larry Mayer, oceanógrafode la Universidad de New Hampshire en Durham. "Pudo haber sido mucho,mucho peor", agregó.

Alrededor de un tercio dellitoral del Golfo, unos 1.029 kilómetros, fue contaminado, pero elpetróleo en grandes cantidades sólo alcanzó a una fracción de unos 64kilómetros .

El impacto sobre la costa, aunqueintenso, equivalió a menos de la mitad del derrame del Exxon Valdez en1989, que afectó a 2.414 kilómetros.

Pero concasi una cuarta parte del petróleo vertido aún sin recuperar, unacantidad comparable a la del Exxon Valdez, podrían pasar años antes deque los científicos declaren que la región superó la crisis.

"Losefectos de este derrame probablemente permanezcan por décadas", dijoJane Lubchenco, jefe de la Administración Nacional Oceánica yAtmosférica (NOAA). "La cantidad total de petróleo fue inmensa", añadió.

Loscientíficos saben poco acerca de las columnas de crudo submarinas quepodrían crear "zonas muertas" bajo el mar, y el impacto de las toxinasligadas al crudo podría tardar años en ser filtrado a través de lasmiles de especies que viven en el Golfo.

"Estamosviendo un péndulo oscilar desde lo que fue retratado como el petróleodel Armagedón hasta lo que vemos ahora, que parece no haber nada decrudo", dijo John López, director del programa costero de la fundaciónLake Pontchartrain Basin en Luisiana.

"La verdad estuvo en el medio", agregó.

Uno por ciento. Alrededordel 99% del impacto medioambiental de un derrame de petróleose hace evidente en pocas semanas, pero el 1 por ciento restante es elpreocupante, dijo Edward Overton, profesor jubilado de la Universidaddel Estado de Luisiana, en Baton Rouge.

"Probablementees un poco pronto para declarar victoria", señaló. "Cualquiera que seael daño que deba ser, será. Sólo que no sabemos aún cuál es".

Labuena noticia: los pantanos de la costa de Luisiana, densos pastizalesque absorben los daños de las tormentas que entran al área y filtranlos contaminantes, fueron poco dañados, según dijo Irv Mendelssohn,experto en ecología de humedales.

"Considerandoel volumen del derrame, sólo una pequeña parte llegó a la costa", dijoEd Owens de la firma Polaris Applied Sciences, contratada por BP paraasesorarla técnicamente en la crisis.

Sinembargo, lo que acecha bajo la superficie del agua es una columna depetróleo, que quizá sume millones de galones, que los científicos estánluchando por vigilar y entender.

Especialistasestadounidenses confirmaron la presencia de bajas concentraciones decrudo moviéndose por las corrientes oceánicas a más de 1.000 metros deprofundidad, pero dieron pocas pistas sobre sus potenciales efectosecológicos.

"Es un territorio completamentedesconocido para muchos científicos lo que sucede a esasprofundidades", dijo Mayer. "El potencial problema es que estadegradación microbiana de petróleo en las profundidades consumaoxígeno".

El fenómeno del agotamiento de oxígeno,llamado "zona muerta", fue bien documentado en el Golfo de Méxicodurante los meses de verano, cuando los productos químicos agrícolastransportados por los ríos Misisipi y Atchafalaya estimularon elcrecimiento de algas que impiden la vida marina.

Ahora los científicos se preguntan si el derrame de petróleo podría crear un problema similar.

Autores

Reuters