La inversión directa de capitales chilenos en Colombia se centra especialmente en el sector de energía, servicios, retail, industria y minería.

Desde la década del 90, cuando el presidente César Gaviria Trujillo decretó la apertura económica, Chile ha tenido presencia en nuestro país y hoy hay tantos inversionistas australes en Colombia, que se sienten como si estuvieran en casa.

Esta es la lectura del empresario Armin Kunstmann, propietario de la Cervecería Kunstmann, que el pasado miércoles presentó en sociedad siete de las diez variedades de cerveza Premium que produce su compañía en Valdivia (sur de Chile) y que en los próximos días estarán en el mercado colombiano para hacer más placentera la presencia de sus compatriotas en Colombia.

“Los chilenos están por todas partes y seguirán llegando al país, aferrados a los buenos indicadores económicos de Colombia y al buen tamaño del mercado que ofrece. Son 45 millones de personas a los que podrán ofrecer sus servicios, productos y sus conocimientos en el desarrollo de infraestructura”, explica el director de Prochile en Colombia, Ignacio Fernández.

En una reunión de empresarios chilenos, éstos comentaban que literalmente se sentían como si estuvieran en casa, ya que la mayoría de la empresas grandes de su país estaban en Colombia y que las que faltan están en el camino.

Ciertamente es así. Si tienen que viajar lo hacen en LAN, la aerolínea insignia de los chilenos. Y si de instalarse se trata, se podrán apoyar en una de las empresas inmobiliarias para que los oriente en la búsqueda de su vivienda, y para amoblarla están Homecenter y Sodimac. Pero si requieren otro tipo de compras podrán acceder a Falabella, Ripley, La Polar o Jumbo, una de las cadenas de supermercados más grandes de Chile, de propiedad del grupo Cencosud, que el próximo año abrirá sus puertas.

Y si de comprar un coche se trata, a la vuelta de la esquina estará Derco esperándolos.

También están en el negocio de energía, con Endesa y Chilgener. Son propietarios de las estaciones Terpel y tienen participación Chilco y gas con Gasco, lo mismo que una planta de alcohol carburante.

En el sector de la salud son dueños de Cruz Blanca y Banmédica. También tienen compañías de software, publicidad, transporte, laboratorios, consultoría, alimentos, forestal, textiles, comunicaciones, muebles, fertilizantes, corredores de bolsa, embalaje, vinos, educación, agricultura y multisectorial con Mathiesen.

En 2011, Colombia fue el tercer receptor de capitales chilenos en el mundo, con un monto de US$837 millones, y este año podría acercarse a los US$5.000 millones, la mitad de lo que se invirtió en los últimos 20 años.

El negocio más grandes de 2012 corresponde a la compra de Carrefour Colombia por el empresario Horst Paulmann, dueño del Grupo Cencosud, quien desembolsó US$2.500 millones. Otro negocio que elevó el taxímetro de las inversiones chilenas en Colombia fue la compra del Banco Santander por parte de Corbanca, transacción que facturó US$1.230 millones.

A esto se suma la compra que hizo el grupo constructor Besalco por el 51% de una de las más grandes empresas de ingeniería del país, Conciviles, que actualmente tiene varios proyectos viales en construcción y operación.

Pero el sector portuario no podía quedar por fuera de la chequera chilena. El Fondo Southern Cross asumió el control de la Sociedad Portuaria Regional de Barranquilla, muelle por el cual el año pasado se movieron cerca de 3 millones de toneladas de carga.

A esto se suma la compra del centenario laboratorio Lafrancol por parte de la Corporación Farmacéutica Recalcine (CFR), en una operación que ascendió a US$562 millones.

Prochile y Proexport Colombia han sido piezas claves en el crecimiento comercial entre los dos países, lo que ha permitido que empresas chilenas llegarán a 16 de los 32 departamentos colombianos. A diferencia de otros países latinoamericanos, la actividad empresarial en Colombia no se concentra sólo en su capital.

La inversión directa de capitales chilenos en Colombia se centra especialmente en el sector de energía, servicios, industria, minería y otros campos.

Uno de los factores que le han permitido a Chile no depender exclusivamente del cobre en sus exportaciones, tiene que ver con la internacionalización de servicios, especialmente con proyectos de emprendimiento que han terminado desarrollando programas que se están implementando en Colombia.

Uno de los mercados que mayor proyección tienen en Colombia tiene que ver con las empresas de software. Compañías como Entersoft son los fabricantes de programas que operan en empresas como Juan Valdez, entre otras.

Jaime Soto Muñoz, presidente de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de Información, cree que Colombia tiene un potencial para desarrollar proyectos en este sector, lo que le permitiría atender un gran mercado que aún está por descubrirse.

Otro sector en el que están poniendo sus ojos los empresarios chilenos tiene que ver con la construcción de obras de ingeniería, como carreteras, túneles, puertos, aeropuertos, ferrocarriles , hidroeléctricas y la exploración de hidrocarburos y zonas mineras.

Es tan importante para Chile la exportación de servicio en el sector de ingeniería, que crearon Chile Engineerig, un gremio que busca potencializar sus servicios en el exterior, especialmente en Colombia, donde existe un gran mercado, por las deficiencias en su infraestructura.

“Lo que está ocurriendo en Colombia es una oportunidad para nuestro gremio y por ello es que creamos Chile Engineering, lo que ha permitido que nuestras empresas ya estén en Colombia y otros países como Perú”, explicó su director, Elías Arze Cyr.

Por su parte Osvaldo Mariano Cáceres, jefe del departamento de Comercio de Servicios de Prochile, quien participó en la feria de emprendimiento en Santiago, considera que cada día hay un mayor intercambio entre los dos países.

En 2010, Chile exportó US$757 millones, especialmente frutas, cobre, celulosa, y el año pasado US$974 millones, de acuerdo con las proyecciones del Banco Central de Chile.

Félix de Vicente, director de Prochile, comenta que en Colombia hay seguridad jurídica y un enorme potencial para desarrollar proyectos productivos que beneficien a los dos países.

Los hechos demuestran que la internacionalización de los dos países no es cosa de un día, que se prolongará en el tiempo, gracias a que es necesario suplir necesidades de las dos partes.