En los últimos cinco años, se ha pasado de una ocupación ferial de hasta doce pabellones del recinto ferial de Ifema en Madrid y más de 100.000 metros cuadrados de superficie ocupada, a casi la mitad en 2013 y a sólo ocho pabellones.
La 33 edición de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) deja algunas "perlas" muy interesantes que tanto los participantes como los organizadores deben considerar, analizar y adoptar en función de ellas una postura decidida.
En la actual crisis económica, el tamaño de Fitur, los recortes que ha sufrido motivados por la contracción en la inversión de empresas y administraciones nacionales y regionales, y la caída del consumo, han provocado que la feria sea un escenario en la que se interpreta una batalla de supervivencia.
La primera "perla" o cuestión, es el análisis sobre el papel internacional que tiene Fitur en el mapa turístico internacional, ya que si los recortes continúan o se incrementan podrían provocar serias y graves heridas difíciles de cicatrizar con las medicinas que se usan hasta ahora.
En los últimos cinco años, se ha pasado de una ocupación ferial de hasta doce pabellones del recinto ferial de Ifema en Madrid y más de 100.000 metros cuadrados de superficie ocupada por los expositores de representantes de diferentes países, empresas, Comunidades Autónomas, Organismos Oficiales, a casi la mitad en 2013 y a sólo ocho pabellones.
El espacio ocupado este año ha sido de 56.500 metros cuadrados, prácticamente 10% menos que en la edición de 2012, manteniéndose en la reducción que se va produciendo año tras año, y lo mismo ocurre con los participantes, que en Fitur 2013 han sido de 8.979 empresas, 5,6% menos que en la edición anterior.
El fantasma de la crisis también ha afectado a la zona internacional, donde los stand han disminuido tamaño también, mientras que los países Iberoamericanos han intentado dar algo de color con sus muestras folclóricas, y con un intento de que sus pabellones sean recordados. Hay que tener en cuenta que los ministros y responsables de Turismo de esos países siempre han defendido que para ellos Fitur es la feria más importante para su sector y la captación de viajeros.
Además, representantes de la administración de Portugal y Jordania subrayaron que Fitur sigue siendo algo "básico" para el sector a nivel internacional.
En cuanto a Europa, la falta por segundo año de Francia es más que significativa por el peso de su economía en el Viejo Continente, si bien son varias las empresas galas que siguen acudiendo a Fitur para conquistar a los visitantes y animarles a que crucen los Pirineos en la búsqueda de descanso vacacional.
La tercera "perla" es la de las Comunidades Autónomas. Se nota la crisis y la deuda, ¡claro que se nota¡, tanto en su inversión en la feria, como que en muchos expositores se ponga un especial "cariño" en atraer al turista internacional, eclipsando un poco la persuasión por el nacional.
A pesar de que muchas comunidades han reducido entre 13% a 50% su papel en Fitur, algunas, caso de Andalucía, ocupan prácticamente un pabellón completo y ha gastado un millón de euros, 34% menos que en la edición anterior.
Pero como no todo debe de ser negativo, hay que destacar un hecho muy importante y que flotaba en el ambiente de Fitur, como es que "no hay nada que pueda con el turismo", nadie está dispuesto a renunciar a su ocio, y se hace realidad, una vez más esa frase antológica del cine español: "el turismo ese gran invento".