La quiebra hace que Kodak obtenga el capital necesario para instalar una base de impresoras digitales rentable a futuro
Conforme los inversionistas de Kodak apostaban a que la empresa pionera en la fotografía se encaminaba a una quiebra, la compañía decidió que declararse en bancarrota era el camino más simple para convertirse en la firma más chica especializada en impresión digital que aspira a ser.
La quiebra permite la venta de las divisiones de fotografía y patentes de las que el máximo responsable ejecutivo Antonio Pérez quiere deshacerse para pagar indemnizaciones a los empleados antiguos y sus deudas con los acreedores, en tanto orienta a Kodak a las impresoras digitales comerciales y personales más veloces y flexibles y la tinta superior de la compañía.
Sus 11.000 patentes podrían financiar la expansión permitiendo a la compañía presentar demandas por más regalías, política que ha seguido de manera más activa en las últimas semanas.
Los esfuerzos para convertir a Kodak en una empresa que fabrica impresoras complejas para los sectores editorial, publicitario y de envases insumieron dinero. La captación de fondos a partir de la propiedad intelectual se estancó debido a demoras en una batalla por regalías con Apple y Research In Motion. Los compradores potenciales de activos evitaron las transacciones por la preocupación de que las ventas realizadas antes de una declaración en quiebra por el Capítulo 11 fueran analizadas en los tribunales en busca de indicios de que Kodak había transferido activos por escaso dinero en forma fraudulenta. Ahora que Kodak se ha declarado en bancarrota, ese temor ya no existe.
“Esta empresa es un cubito de hielo que se derrite”, dijo el analista de CRT Capital Group LLC de Stamford, Amer Tiwana, antes de la declaración de quiebra. “Cuando uno mira una situación como esta, suele ser mejor ir para adelante y abordarla en lugar de cerrar los ojos y rezar para que la situación mejore milagrosamente”.
Venta más fácil. La quiebra hace que a Kodak le resulte más fácil vender activos para solventar los despidos, las pensiones y los beneficios de atención médica de los empleados del Reino Unido y los EE.UU. y obtener el capital necesario para instalar una base suficientemente grande de impresoras digitales para ser rentable más adelante.
El plan es colocar las impresoras en manos de usuarios de alto volumen y así obtener ganancias con la venta de tinta y servicios mañana. A la fecha, la estrategia ha costado más dinero del que ha ganado.
Pérez, ex responsable de impresoras de chorro de tinta de Hewlett-Packard Co., piensa que las nuevas impresoras comerciales de Kodak desplazarán a sistemas más antiguos al producir páginas más rápido y con menor costo en diferentes materiales con flexibilidad digital.
“Ahora estaremos bien posicionados para completar nuestra transformación”, explicó Pérez en un video. “Compitiendo en los grandes mercados, donde tenemos ventajas tecnológicas fundamentales, como en la impresión digital, la fabricación de envases, la impresión funcional y los materiales”.
Los que critican a Pérez sostienen que el mercado de impresiones podría reducirse en momentos en que el mundo prefiere los dispositivos móviles como las tabletas y los teléfonos inteligentes y evita las publicaciones tradicionales en papel y el papeleo.