La refinería de Esmeraldas hará un mantenimiento de sus sistemas de enfriamiento, cambio de líneas de aire, la renovación integral de su tea y la independización de dos unidades no catalíticas.
Quito. La refinería de Esmeraldas, la mayor de Ecuador, con capacidad para procesar unos 110.000 barriles diarios de crudo, paralizará sus operaciones desde el miércoles por mantenimiento, informó la estatal Petroecuador.
Dicha planta efectuará una paralización total de sus actividades por 40 días, en los que se hará un mantenimiento de sus sistemas de enfriamiento, cambio de líneas de aire, la renovación integral de su tea y la independización de dos unidades no catalíticas.
Según Petroecuador, este tipo de mantenimiento sólo se puede realizar con la planta totalmente fuera de operaciones, para lo que se ha diseñado un cronograma de actividades de 40 días que comenzó este 1 de octubre.
La estatal prevé que en el tiempo previsto se logre "optimizar" la infraestructura y los sistemas de la refinería para "permitir la continuidad operativa e incrementar su eficiencia".
La limpieza de la plana tomará unos 9 días, mientras que el mantenimiento, a cargo de "empresas de experiencia y renombre nacional e internacional" otros 20 días, precisa un comunicado de Petroecuador.
Además, el programa incluye un periodo de 11 días para desarrollar el proceso de arranque de la planta, con lo que se completarán los 40 días de paralización planeada.
Petroecuador remarcó que mantiene almacenados volúmenes suficientes de derivados de petróleo para asegurar el suministro de carburantes al mercado interno.
Además de la refinería de Esmeraldas, Ecuador posee otras dos plantas de procesamiento de crudo, La Libertad (en la costa suroeste) y Amazonas (en la región amazónica del noreste), de menor capacidad.
El petróleo es el principal producto de exportación de Ecuador que, pese a ello, no tiene suficiente capacidad de refinado para cubrir su demanda interna, por lo que importa derivados.
No obstante, el Gobierno de Quito proyecta construir la Refinería del Pacífico (en asociación con la petrolera venezolana PDVSA), con capacidad para procesar 300.000 barriles diarios de crudo, que se estima quedará lista a finales de 2017 y que estará asociada a una industria petroquímica que se prevé arranque en 2018.