Así se desprende del informe "Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas 2013", elaborado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Cepal y la FAO.
Profundizar en la regulación de los títulos de la propiedad de la tierra tiene una "particular relevancia" para el futuro de la agricultura en Latinoamérica, donde existen tendencias como la concentración masiva o el acaparamiento de tierras.
Así se desprende del informe "Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas 2013", elaborado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), presentado en Madrid.
Este documento hace un especial hincapié en las tendencias de la propiedad de la tierra en esta región del mundo, que tienden al modelo de fragmentación en México, Centroamérica y las naciones andinas; a la concentración en el Cono Sur y a la posesión mayoritaria por parte de los Gobiernos en el Caribe.
El Oficial de Asuntos Económicos de Cepal, Octavio Sotomayor, ha presentado -en un mensaje de vídeo- el capítulo especial dedicado a la tenencia de tierras, que ha calificado como un problema "histórico" en la región.
Sotomayor ha señalado que el acaparamiento de tierras es un tema "incipiente y sensible" que afecta, sobre todo, a países como Brasil, Argentina o Uruguay.
Entre las recomendaciones políticas ante las tendencias en la tenencia de tierras, ha hecho hincapié en la realización de catastros y el diseño de regulaciones nacionales e internacionales para evitar la adquisición de grandes dimensiones de tierra, realizadas bajo una lógica "puramente privada".
Ha animado a identificar al segmento de la pequeña agricultura como un estamento "especial", que debe ser objeto de políticas públicas diferenciales y de amplio alcance.
Por su parte, el director del Centro de Análisis Estratégico para la Agricultura del IICA, Rafael Trejos, ha planteado que la agricultura en la región va "creciendo bien" y que los mayores condicionantes, más allá de los precios, son la situación económica internacional y el clima.
Trejos ha resaltado que "la preocupación de la región es la brecha de productividad sectorial", esto es, la diferencia entre lo que producen los pequeños agricultores y la industria.
El informe precisa que las condiciones climáticas extremas, los riesgos de un posible colapso del euro, un posible estancamiento fiscal de Estados Unidos y la ralentización de las economías emergentes fomentan un ambiente de "mayor incertidumbre y volatilidad" en los precios internacionales.
Y añade que el principal desafío es aumentar la productividad agrícola de forma "amigable" con el medioambiente.
Según sus conclusiones, la sequía de la pasada campaña, especialmente en Estados Unidos, provocó un incremento de los precios internacionales del maíz, soja o trigo, lo que a su juicio es "una oportunidad" para los países exportadores de estos cereales, en especial los del Cono Sur, y "un duro golpe" para los importadores, como los Centroamérica y del Caribe.
Sobre ganadería, el texto insta a solucionar el "conflicto" entre el desarrollo industrial y su impacto ambiental y, en materia pesca, incide en la disminución de la actividad extractiva frente al aumento sistemático de la acuicultura.
El oficial principal de Políticas de la FAO, Salomón Salcedo, en un mensaje grabado, ha abordado el capítulo de bienestar rural que, en su opinión, seguirá cayendo por la persistente desigualdad entre zonas urbanas y rurales.
El informe dibuja un medio rural en transición, con cambios estructurales en la demografía y el mercado de trabajo, como la reducción del peso del empleo agrícola o el incremento en el de las mujeres, especialmente lejos de la agricultura.
También ha intervenido en el acto el secretario general técnico del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), Adolfo Díaz, quien ha destacado que la colaboración con América Latina es "vital" para España, con la que se puede trabajar para luchar contra el hambre, favorecer la seguridad alimentaria y el desarrollo económico y social asociado a este sector.
El director general de Asuntos Económicos de la Segip, Federico Poli, ha considerado, por su parte, que el informe toca temas centrales y muestra que la región es un "jugador central" en la agricultura, ganadería, pesca o bosques a nivel mundial.