La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó la semana pasada junto a varios productores rivales, como Rusia y Omán, renovar su acuerdo de recortes de suministros en 1,8 millones de barriles por día (bpd) hasta marzo del 2018.
Londres. La extensión de los recortes de suministros impulsados por la OPEP enfrentará una prueba en las próximos meses, cuando se inicie la temporada de alta demanda de petróleo por el verano boreal, ya que los operadores e inversores querrán ver evidencia, más que declaraciones, de que el mercado de energía esté recuperando el equilibrio.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó la semana pasada junto a varios productores rivales, como Rusia y Omán, renovar su acuerdo de recortes de suministros en 1,8 millones de barriles por día (bpd) hasta marzo del 2018.
Los precios del petróleo han caído por debajo de US$50 el barril por primera vez en cuatro semanas, a pesar de las promesas del ministro de Energía de Arabia Saudita, Khalid al-Falih, de que el grupo hará "lo que sea necesario" para reducir los inventarios mundiales y reequilibrar el mercado.
Pero la casi inexistente prima entre los futuros más inmediatos del Brent y los contratos de entrega a más largo plazo sugiere que los operadores e inversores no están convencidos con la idea de que habrá un real declive de los suministros.
"La OPEP buscó asegurarse de que nadie quedara sorprendido pero había un mercado que quería ser sorprendido", dijo el estratega Paul Horsnell de Standard Chartered, y añadió que todo depende de lo que ocurrirá en los próximos nueve meses.
"Los hidrocarburos de esquisto de Estados Unidos no llenarán la brecha para siempre (...) ¿Pero es suficiente? Uno siempre tiene que hacer algo más y para eso es necesario hacer los cálculos", dijo Horsnell. Standard Chartered espera que los inventarios globales bajen en 1,4 millones de bpd en el segundo semestre del 2017, según el analista.
Cuando la OPEP alcanzó el pacto inicial de recortes de producción en noviembre, pocos apostaban por los rápidos incrementos del bombeo en otros países, como Estados Unidos, o por el lento crecimiento de la demanda en potencias emergentes como India o China.
Los inventarios en las naciones más desarrolladas apenas se han movido. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la existencias de crudo subieron en 24,1 millones de barriles en los primeros tres meses del año, a 3.025 millones de barriles, y cinco meses después de alcanzado el acuerdo, varios bancos de inversión han recortado sus previsiones sobre los precios del petróleo.
Después de que la OPEP y sus 11 socios acordaron el año pasado recortar la producción de crudo por un periodo inicial seis meses, los contratos del Brent para 2018 cotizaron muy por debajo de los precios para entregar a fines de este año, lo que creó un derrumbe del mercado de futuros.
Y el problema es que la curva se está desvaneciendo. Hace dos meses, los contratos del Brent a 18 meses operaban con un descuento de 1 dólar por barril frente a los futuros a seis meses. Esta brecha ahora se ha acortado a 40 centavos.
Se requieren datos duros para convencer a un mercado escéptico de que la OPEP y los demás países sujetos al acuerdo van por el camino correcto.
"Tiene que haber evidencia de que se está produciendo una baja (de existencias). El desafío entonces será: Mantienes los volúmenes bajos y luego ¿Cómo regresas a la normalidad? Si hay un regreso brusco, veremos todas las consecuencias negativas de un fuerte aumento en los suministros y del cambio en la percepción", dijo Alan Gelder, analista de Wood Mackenzie.