"Con China alejándose de un enfoque industrial para el crecimiento del consumo, hay pocas razones para tener un panorama optimista para los metales en el largo plazo", dijo Virendra Chauhan, analista de la consultora Energy Aspects.
Singapur. Con el crudo, el cobre y el carbón en torno a sus niveles más bajos desde la crisis financiera global, algunos inversores están apostando a que esas materias primas ya estarían cerca de tocar fondo y están aumentando sus posiciones largas en el mercado.
Sin embargo, quienes esperan una recuperación sólida como la de 2009 deberán tener cuidado.
Para materias primas industriales como el cobre, China fue la salvadora de los mercados tras la crisis de 2008 y 2009 por los programas de estímulo económico que lanzó Pekín para impulsar la demanda. La confianza en su capacidad para apuntalar la demanda de productos básicos hizo que los futuros del cobre coticen por encima del contrato al contado, en ese momento.
Pero bajo el actual escenario más cauto, los precios de los futuros hasta la primera mitad de 2016 están operando a descuento en niveles similares.
Esto ha sido atribuido a la fuerte desaceleración de la actividad económica china y su cambio a industrias menos centradas en materias primas, lo que ha provocado que los precios del cobre caigan fuerte este año
"Con China alejándose de un enfoque industrial para el crecimiento del consumo, hay pocas razones para tener un panorama optimista para los metales en el largo plazo", dijo Virendra Chauhan, analista de la consultora Energy Aspects.
Los precios a futuro del crudo también mostraron más confianza en 2009 que en el actual. A inicios de ese año, los futuros para enero siguiente cotizaron más de un tercio por encima de los precios al contado, dándole a los compradores la sensación de que probablemente iban a subir.
Pero ahora los precios a futuro para el crudo indican que tal optimismo no es compartido a nivel general.
Hay un modesto contango en el que los precios de enero 2017 están cotizando US$6 por barril por sobre los enero de 2016, apenas la mitad del diferencial de hace seis años. La curva además está demasiado plana para ser atractiva la compra de petróleo y almacenarlo para después, debido a que el flete y almacenamiento tendrían que ser incluidos.
Desde 2008-2009, la creciente producción de esquisto en Estados Unidos se ha sumado al bombeo récord de Oriente Medio y Rusia, saturando al mercado y contribuyendo a un desplome de 60% en los precios del crudo desde mediados de 2014.
La mayoría de los analistas prevé que el sobreabastecimiento se prolongará hasta bien avanzado 2016 y más allá.
Pese al sombrío panorama, hay cazadores de gangas en el mercado que están a la espera de que los precios toquen fondo pronto. Datos muestran que las posiciones de los operadores en el mercado muestran un incremento en la exposición a largo plazo al crudo y al cobre últimamente.