"Los bosques aquí tienen un dueño y los dueños tienen el derecho a hacer el aprovechamiento", dijo Fernando Canto, un técnico de la cooperativa forestal que determina qué árboles pueden ser cortados.
México. Pequeños propietarios mexicanos de tierras, que manejan bosques colectivamente, dicen que están logrando beneficios con una tala selectiva pues permite controlar las emisiones de carbono, clave en las discusiones sobre el cambio climático.
Once comunidades que comparten un aserradero en el pueblo de Agua Bendita en el central Estado de México, que procesa tablones para fabricar muebles y para la construcción, dicen que se captura más carbono cortando árboles y plantando nuevos que dejando los bosques intactos.
"Los bosques aquí tienen un dueño y los dueños tienen el derecho a hacer el aprovechamiento", dijo Fernando Canto, un técnico de la cooperativa forestal que determina qué árboles pueden ser cortados.
El tema de permitir o no que los bosques sean conservados sin tocarlos estará en el centro de las negociaciones por un acuerdo para frenar el cambio climático global, en una reunión que se llevará a cabo en el centro turístico mexicano de Cancún la semana próxima.
Según los estudios más recientes, el corte y quema de bosques contribuye con cerca de un 10 por ciento de las emisiones de gases invernadero, que los científicos dicen son el origen del aumento del nivel de los mares y de la temperatura global.
Los países ricos están pidiendo fondos para un esquema respaldado por las Naciones Unidas para proteger a los bosques y así reducir las emisiones que produce la deforestación y la degradación del suelo.
El proyecto, conocido como programa REDD, podría permitir la puesta en marcha del comercio global de carbono con créditos por unos 30,000 millones de dólares al año.
La tala selectiva y el manejo de bosques captura más carbono en promedio que los parques nacionales, de acuerdo con un estudio divulgado esta semana por la Iniciativa Derechos y Recursos, con sede en Washington, y el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible.
En los bosques con tala controlada y plantación de árboles nuevos se captura un mínimo de 98 toneladas de carbón por hectárea, cerca de 50% más que que la cantidad capturada por los árboles en reservas, según el estudio.
Esto podría significar una mayor cantidad de carbono para ser comercializado por parte de México si los propietarios pueden probar que estar protegiendo los recursos.
Tala ilegal. A diferencia de en el resto del mundo en donde los gobiernos poseen en gran parte las zonas forestales, en México casi tres cuartas partes de estas están divididas en ejidos, que son herencia de la reforma agraria que siguió a la Revolución Mexicana a inicios del siglo pasado.
"La deforestación es un proceso donde hay una decisión económica, en donde el propietario quiere cambiar el uso forestal a otro uso precisamente porque no le da el suficiente ingreso", dijo Juan Torres, presidente de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
El Gobierno tiene un programa a través del cual paga una cuota a cambio de la protección forestal en 2.3 millones de hectáreas distribuidas por todo el país.
"Si este propietario tiene este pago adicional por uso forestal, aumenta el valor y existe un incentivo para conservarlo", explicó.
Pero por ahora, la mayoría de la gente que vive de los bosques en México aún debe batallar para salir adelante, a causa del lento avance de las negociaciones internacionales, y pasará un largo período antes de que la ayuda comience a llegar a cooperativas como la de Agua Bendita.
Presionados por las pesadas deudas, los campesinos se han visto obligados a permitir el ingreso de firmas privadas del vecino estado de Michoacán para la tala de árboles.
Michoacán comparte el mismo corredor forestal, pero allí los taladores ilegales aún están causando estragos en zonas muy cercanas a las reservas de la mariposa monarca, en una región además asediada por narcotraficantes.
Pese a que México ha reducido la deforestación a lo largo de la última década, el país aún pierde 1,500 kilómetros cuadrados de bosques cada año.
"Si un grupo está haciendo lo correcto, pero todos los demás están destruyendo los bosques, el país no calificará para REDD", dijo Juan Bezaury, director de asuntos internacionales de Nature Conservancy en México. "Actualmente (REDD) aún es un sueño", agregó.