Este combustible cuenta con ventajas medioambientales, "en comparación con otros energéticos fósiles; una mayor eficiencia térmica y el potencial para detonar la industria petroquímica a nivel nacional", según señaló la secretaría de energía del país.
El Gobierno mexicano prevé que el gas natural se convierta en el principal combustible para la transición energética a partir de este año, de acuerdo con la Estrategia Nacional de Energía, presentada al Senado.
"El uso de este combustible traerá beneficios en la evolución de la matriz energética de nuestro país. Entre ellos se observan que los costos de procesamiento asociados son más baratos; el potencial estimado para su explotación es elevado", señala el documento preparado por la Secretaría de Energía.
Añade además que este combustible cuenta con ventajas medioambientales, "en comparación con otros energéticos fósiles; una mayor eficiencia térmica y el potencial para detonar la industria petroquímica a nivel nacional".
Asimismo, apunta que los cambios de la estrategia a largo plazo se apoyan en tres factores, entre ellos "el descubrimiento y gran potencial de aprovechar las reservas de gas natural a bajo costo", principalmente asociados a los yacimientos en el norte del país de "shale gas" (no convencional).
También menciona "la cuantificación del gran potencial e importantes beneficios ambientales de las fuentes renovables de energía" y "la revaloración de la opción de energía nuclear, dados los grandes avances en seguridad experimentados en la última década y esperados en el futuro".
En este documento, enviado a los senadores para su aprobación, el Gobierno advierte que el consumo de energía ha crecido a un ritmo del 2,08% entre 2000 y 2011, mientras que el Producto Interno Bruto lo hizo en una media del 1,82% y la producción primaria de energía disminuyó a una tasa anual de 0,3%.
"De continuar estas tendencias tanto en el consumo como en producción de energía, para 2020 México se convertiría en un país estructuralmente deficitario de energía", advierte el documento.
El diagnóstico señala los graves problemas y retos del sector energético, que presenta una reducción de la producción de crudo en las últimas décadas, pese a que las inversiones en este sector pasaron de 77.860 millones de pesos (US$6.130 millones) en 2000, a 251.900 millones de pesos (US$19.834 millones) en 2011.
En el documento, de 74 páginas, se señala la necesidad de elevar la producción de energía en todas sus formas para garantizar el crecimiento económico y la inclusión social, con el fin de atender el previsible crecimiento de la población, que demandará más servicios de electricidad y gas.
Entre los objetivos estratégicos plantea tareas para modernizar la infraestructura energética, los sistemas de transporte, almacenamiento y distribución de energéticos, los cuales son obsoletos.
Además, contempla el fortalecimiento del sistema de refinado y la producción de productos derivados del petróleo, y principalmente avanzar en el proceso para lograr fuentes seguras y limpias de energía.
Actualmente, México genera el 80% de su energía con recursos fósiles, un 17% con recursos renovables e hidroeléctricos y un 3% con centrales nucleares.
Entre las metas de la Estrategia Nacional de Energía, el documento recuerda el compromiso oficial de producir en 2024 el 35 % de la energía con combustibles no fósiles, por lo que insistió en el uso cada vez mayor de las energías alternativas.
"México dispone de un potencial renovable indiscutible, con un amplio portafolio de recursos (eólico, solar, geotérmico, biomasa e hídrico)", por lo que se debe impulsar diversas tecnologías para promover "la diversificación de la matriz energética" y reducir las importaciones energéticas.