Las bajas cotizaciones del crudo que abaratan el combustible en el mercado mundial y la menor disponibilidad del crudo que requieren las refinerías mexicanas da sentido económico a las importaciones, explica experto.
Tanto los bajos precios del crudo internacional como una menor producción del petróleo que utiliza el sistema de refinación mexicano y las ineficiencias que arrastra la infraestructura de transformación de Petróleos Mexicanos (Pemex) han provocado un incremento interanual de 8,3% en la importación de gasolinas, mientras que la producción en el país cayó 12,7% en el primer reporte del 2015.
En volumen, durante enero se importaron 401.500 barriles por día, mientras que en el mismo mes del 2014 se compraron 374,200 barriles por día, principalmente a Estados Unidos. Con ello, el volumen de gasolina importada ascendió a 51,2% de los 784.200 barriles diarios que se consumieron en el país.
En tanto, la producción de gasolinas en el sistema de refinación tuvo una caída de 12,7% en el mismo periodo, ubicándose en 382.700 barriles diarios en promedio. Este volumen de producción ha caído en 10% en los últimos cinco años.
Según Luis Miguel Labardini, socio de Marcos y Asociados, uno de los factores de mayor influencia en las bajas operativas del Sistema Nacional de Refinación es la declinación de los yacimientos en aguas someras del sureste del país, que son los mayores productores de crudo superligero, cuya extracción cayó 14,4% en el último año.
“Las refinerías mexicanas están configuradas para procesar crudo ligero y, como se observa, cada vez hay menor producción. Por esta razón, hace un par de meses el gobierno tomó la decisión de intercambiar 100.000 barriles de crudo pesado que se fabrica aquí, por los ligeros que se requieren, con Estados Unidos, pero al parecer no se han reflejado todavía las consecuencias de esta acción”, dijo.
Por otra parte, el analista del sector energético explicó que Pemex no tiene mucho margen de acción con un sistema de refinación que dejó de ser competitivo, ya que a diferencia del negocio de extracción y venta de petróleo crudo, la refinación es un negocio con márgenes de ganancia menores, con mayor volatilidad en los mercados y que no deja renta al Estado. Por lo tanto se ha descuidado en términos de inversiones, a pesar de la atadura legal que tuvo Pemex de ser el único proveedor nacional de combustibles, situación que se elimina con la reforma energética en dos años. Aunque Pemex, según Labardini, tardará más tiempo en recuperar la rentabilidad de su negocio de transformación industrial.
Más importación que producción. La importación de gasolinas superó la producción desde septiembre del año pasado, cuando el precio del barril de crudo se desplomó en más de US$20 en un mes. Entonces, distintos analistas, entre ellos BBVA Research, aseveraron que esto podría influir en el repunte en las importaciones de combustibles en México, ya que la gasolina comenzaba a abaratarse en otros países, lo que beneficiaría al gobierno mexicano al fijar el precio de la gasolina que se vende en el país, obteniendo mayor ganancia por cada barril importado. Desde el 2011 no se había importado más gasolina de la que se producía en el país, según Pemex.
En valor, las importaciones de todos los productos petrolíferos del país —incluyendo diésel, combustóleo, querosenos y condensados— sumaron US$1.309 millones, con una caída interanual de 27% entre enero de este año y el mismo mes del 2014, lo cual es consecuente con la caída de los precios del crudo, a pesar del alza en el volumen de importación.
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