El consorcio liderado por Sierra Oil and Gas se convirtió en el primer ente privado en ostentar un contrato para la explotación petrolera en México.
El viernes pasado, México arrancó un nuevo capítulo en la historia de su industria petrolera, con la firma de los dos primeros contratos de producción compartida en campos exploratorios del golfo de México entre los ganadores de las empresas en consorcio: la mexicana Sierra Oil and Gas, la británica Premier Oil y la operadora estadounidense Talos Energy, con la Secretaría de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
Al concluir esta firma, el comisionado presidente de la CNH, Juan Carlos Zepeda, detalló a El Economista las expectativas de inversión y plazos de desarrollo para estos contratos, así como la expectativa del regulador de la actividad upstream mexicana sobre la segunda licitación en aguas someras, considerando la evaluación realizada a los licitantes, entre quienes está Carso Oil and Gas, propiedad de Carlos Slim.
Si bien, explicó Zepeda, en esta primera fase en que se firmaron los contratos de producción compartida, el compromiso de trabajo contempla una inversión mínima de US$77 millones para los trabajos de exploración en el primer bloque, dos de los 14 que se licitaron, mientras que para el segundo, el siete, se prevén 65 millones de dólares, las grandes inversiones llegarán con el desarrollo de los campos.
“Es una fracción del plan de exploración, el desarrollo depende de cuándo se dé el descubrimiento; tienen un plazo de hasta cuatro años con una posible extensión de dos más, pero el descubrimiento se puede dar en cualquier momento, es un plazo máximo”, aseguró. “Lo que tenemos estimado, y eso va a depender del descubrimiento, la inversión estimada es de US$1.300 millones cada uno y también tendremos que ver entonces el plan de desarrollo”, dijo.
En cuanto al número de contratos que se podrían adjudicar en la segunda fase de licitaciones, para cinco contratos de producción compartida en nueve campos de aguas someras, Juan Carlos Zepeda aseguró que esta etapa resultará más atractiva porque ya no se cuenta con el riesgo exploratorio.
Aun con los precios internacionales del petróleo deprimidos, recordó que en la segunda fase ya hay 14 licitantes, cinco son consorcios y cuatro de ellos presentaron oferta económica en la etapa anterior, lo cual es un indicador de que seguramente estarán participando y presentando ofertas, y dentro de los nueve que están presentando en lo individual, varios de ellos presentaron oferta en la primera licitación.
“Para la CNH, el éxito radica en que al igual que en la primera culminemos el proceso con absoluta transparencia y pulcritud; nuestra responsabilidad es la transparencia y rendición de cuentas. Para nosotros ése es el principal éxito, el número de contratos que se adjudiquen en cada licitación es importante, pero lo primero es que el proceso sea pulcro a los ojos de todos los mexicanos”, dijo.
Grupo Carso
Cabe recordar que la empresa fundada apenas en abril pasado tras la fusión de sus filiales de exploración y producción, Carso Oil and Gas, propiedad de Carlos Slim, apareció en la contienda hasta el día del anuncio de los precalificados finales, en consorcio con Talos y Sierra Oil and Gas, los únicos ganadores de la primera fase, procedimiento que estuvo dentro de la ley, según explicó el comisionado presidente de la CNH.
“Como funciona el proceso, y así lo vimos en la primera fase, es que en una primera etapa las empresas piden acceso al cuarto de datos, después deciden pagar su inscripción y presentan los documentos para precalificación. Cuando llegan a precalificar, en ese momento pueden presentarse como licitante en consorcio y en este momento presentan a sus socios”, dijo.
Por tanto, Carso y todos los licitantes que siguen en el proceso tienen muy buenas posibilidades. “Todos los consorcios están muy bien armados”, aseguró, ya que en un consorcio tienen que presentar las credenciales de experiencia técnica de ejecución, en el caso de este consorcio es Talos. Siempre hay uno que las presenta y los demás tienen que acreditar la capacidad financiera y a todos se les verifica la procedencia técnica de los recursos, aseguró.
“Hacemos una verificación muy minuciosa de todo lo que tiene que ver con lo legal, con lo técnico, la capacidad financiera y, por supuesto, la procedencia técnica de los recursos”, dijo respecto de cualquier sospecha sobre una posible ventaja de Grupo Carso en esta segunda fase de licitaciones petroleras, cuya adjudicación se llevará a cabo el 30 de septiembre en la ciudad de México.
Los tiempos. Arranca la ejecución de los primeros contratos de exploración y producción en México, tras la reforma energética:
El consorcio integrado por Sierra Oil and Gas, Premier Oil y Talos Energy ganó los bloques el 15 de julio pasado en la primera licitación de la Ronda Uno.
El contrato estará vigente desde este 4 de septiembre y el contratista deberá entregar esta semana una carta de crédito por US$77 millones 749.000 y tres cartas garantes por el área 2, además de una carta de crédito por US$65 millones 703.000 además de las cartas garantes, por el área 7.
En los primeros 90 días contados a partir del 4 de septiembre, el consorcio ganador deberá presentar su plan de evaluación socioambiental para establecer una línea base con la cual se establecerá, junto con la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, el plan de mantenimiento ambiental y social de las dos áreas que le fueron adjudicadas.
A partir de la firma del contrato, el consorcio ganador tendrá 120 días para presentar un plan de exploración que contenga al menos los compromisos mínimos de trabajo establecidos en la licitación.
Los contratos tendrán una vigencia de 30 años y serán susceptibles de dos ampliaciones por dos periodos de cinco años cada una.
Los documentos serán digitalizados e incorporados al registro público de la licitación de la Ronda Uno.