Cabo Dorado, antes llamado Cabo Cortés, fue suspendido en 2012 y será reflotado gracias a capitales chinos y estadounidenses.
México. Una inmobiliaria de capital chino y estadounidense reactivó con algunos cambios el proyecto turístico de Cabo Cortés, suspendido en 2012, pero ahora bajo el nombre de Cabo Dorado y con una inversión de US$3.600 millones.
La empresa La Rivera Desarrollos BCS, formada por la china Beijing Sansong International Trade Group y la estadounidense Glorius Earth Group, solicitaron el apoyo de las autoridades mexicanas para impulsar el nuevo desarrollo turístico.
Según organizaciones ambientalistas, el proyecto contempla la construcción de ocho hoteles y residencias multifamiliares, lo que triplicaría el número de cuartos de hotel en Los Cabos, además de dos campos de golf y un ducto de 14 kilómetros.
En un comunicado publicado hoy, la compañía asegura que el nuevo proyecto "cumple cabalmente con la normatividad, legislación y buenas prácticas nacionales e internacionales".
No se construirá una "marina, ni infraestructura que pudiera perturbar el equilibrio ecológico del mar" y tampoco habrá descargas de aguas residuales, ya que esta "se tratará y reutilizará en la propiedad con tecnología de punta", explica.
Además, el consorcio señala que Cabo Dorado tendrá una densidad 30% menor al proyecto anterior de Cabo Cortés, que fue duramente impugnado por los grupos ecologistas mexicanos e internacionales que lograron su cancelación en 2012.
Aseguró que el 67,7% de las 3.770 hectáreas de la propiedad serán destinadas a reserva de conservación y resaltó que el proyecto generará 18.000 empleos directos e indirectos y permitirá atraer ingresos por US$900 millones anuales a la zona.
Por su parte, el portavoz del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) en esa zona, Alejandro Olivera, dijo a Efe que considera el proyecto un enorme riesgo potencial fundamentalmente por la escasez de agua potable en la zona por la sobrexplotación de los acuíferos.
Aunque no se construya la marina, agregó que se trata de "un proyecto de grandes dimensiones colindante con Cabo Pulmo, que es una reserva protegida y que hay riesgo para las especies endémicas por el flujo de turistas".
Precisó que Cabo Dorado tendrá 22.500 cuartos y una concesión de 4,5 millones de metros cúbicos de agua del acuífero de Santiago, pero con una población de unas 60.000 personas se generarán presiones y riesgos a Cabo Pulmo.
"Estamos solicitando la consulta pública de todo el proceso de evaluación del impacto ambiental que presentó la empresa la semana pasada, con el fin de que el consorcio aclare todas las dudas para hacer un análisis completo del proyecto", indicó.
En la zona existen 26 especies catalogadas en riesgo, de las cuales 10 son cactáceas endémicas y tres en peligro de extinción: el halcón peregrino, la tortuga golfina y la tortuga caguama.
Los grupos ambientalistas frenaron la construcción del anterior proyecto debido a la posible afectación de la reserva marina de Cabo Pulmo, declarada en 1995 área natural protegida por las autoridades y en 2005 Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.
En esta reserva marina hay 226 de las 875 especies de peces que existen en el Golfo de California. Hoy es un parque nacional con 7.111 hectáreas, el 99 % de ellas en el mar con el arrecife mejor conservado en el Pacífico.