Entre los propósitos del Gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto está la aprobación de una reforma energética "que sea motor de inversión y desarrollo" que permita transformar a Pemex.
Senadores mexicanos del izquierdista PRD expresaron este sábado su desconfianza en una nueva reforma energética ante la pretensión de ofrecer un mayor porcentaje de crudo extraído a empresas privadas tras los nulos resultado de la reforma de 2008.
"El Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ve con desconfianza que nuevamente se proponga una segunda reforma energética con base en 'incrementar el porcentaje por barril extraído' o buscar las alianzas estratégicas", afirmó la senadora Dolores Padierna al dar a conocer la posición de los senadores en un comunicado divulgado este sábado.
Entre los propósitos del Gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto está la aprobación de una reforma energética "que sea motor de inversión y desarrollo" que permita transformar a Pemex en una empresa moderna que multiplique la exploración y producción de hidrocarburos.
El Gobierno ha rechazado las acusaciones de la izquierda de intentar privatizar a Pemex.
La legisladora indicó que una reforma a este sector debería "distribuir mejor el presupuesto y plantear el cambio del Régimen Fiscal de Pemex, así como eliminar los precios de transferencia y darle autonomía de gestión".
Recordó que en noviembre de 2008 se aprobó una reforma energética después de un intenso trabajo legislativo que incluyó 22 foros de discusión para el análisis técnico, económico y administrativo en el Senado con los mejores expertos en esos temas.
Entre los cambios aprobados, indicó Padierna, se contaron los nuevos "contratos incentivados", los cuales entregaban 10% por cada barril extraído supuestamente para atraer a las grandes trasnacionales con sus "formidables tecnologías".
La senadora aseguró que cuatro años después de esta reforma México no alcanzó el desarrollo tecnológico esperado, aunque las trasnacionales "si se han llevado cuantiosas ganancias en los trabajos de exploración y explotación".
Citó el caso de Chicontepec, en el estado de Veracruz, "donde se han invertido US$8.000 millones y los resultados han sido 'minúsculos' ya que el barril extraído en ese proyecto ha llegado a costar más de US$300, mientras que éste se vende a US$100".
"Hoy, no se ha terminado aún de aplicar en su totalidad esa reforma y ya proponen una más agresiva con el pretexto de atraer grandes inversiones", señaló.
Apuntó que el presupuesto de este año de Pemex da prioridad a la "sobreexplotación" del crudo y abandona la inversión "en refinados y petroquímicos donde se obtiene mayor valor agregado" y advirtió que se debe ser analítico y responsable ante la propuesta de buscar alianzas e inversiones.
Recordó que en petroquímica se han eliminado proyectos y se ha obstaculizado el desarrollo del sector con el fin de "facilitar deliberadamente la entrada a privados", según los reportes de la Auditoría Superior de la Federación.
Señala que se ofrecen todas las facilidades a empresas extrajeras, como ha sido el caso de la brasileña Braskem para construir el complejo Etileno XXI, el cual hará competencia al propio Pemex, con precios preferenciales y mayores facilidades fiscales.
Otro caso que citó fue la coinversión con la mexicana Mexichem, a la que se le cederá el control del complejo petroquímico Pajaritos, donde la empresa privada tendrá el 58% del capital social.
Recordó también la "alianza estratégica" que mantuvo Pemex con la empresa Mexicana de Lubricantes (Mexlub), que terminó con pérdidas de 40.000 millones de pesos (US$3.125 millones).