México adjudicó este miércoles 19 de los 29 bloques de aguas profundas del Golfo de México que ofreció en una subasta, y se enfrenta este año con Brasil, Argentina, Ecuador y Uruguay para captar inversiones petroleras.
Ciudad de México. México ha subido la vara de los términos en los contratos petroleros en América Latina luego de suavizarlos para atraer firmas internacionales de las que se esperan US$93.000 millones en inversiones tras la primera gran licitación de la región este año.
México adjudicó este miércoles 19 de los 29 bloques de aguas profundas del Golfo de México que ofreció en una subasta. La firma angloholandesa Royal Dutch Shell arrasó en la licitación con nueve bloques.
El país se enfrenta este año con Brasil, Argentina, Ecuador y Uruguay para captar inversiones petroleras y es el único en establecer un tope a las regalías que las empresas petroleras pueden ofrecer al gobierno. Las próximas licitaciones de México están previstas para marzo y julio.
Si bien se espera que los yacimientos de crudo subsal en aguas profundas en Brasil atraigan ofertas agresivas de las principales petroleras, otros rivales regionales podrían verse obligados a revisar los términos de sus subastas si México obtiene otra victoria en su licitación en aguas someras en marzo, dijeron analistas.
Argentina y Ecuador ya han cambiado sus términos el año pasado en preparación para sus subastas de 2018. Argentina ha reducido los costos laborales y algunos impuestos, mientras que Ecuador pasó de contratos de servicios a contratos de producción compartida.
Los precios del petróleo han alcanzado máximos en tres años cercanos a los US$70 por barril en 2018, dando más efectivo a las principales firmas energéticas del mundo y mejorando las posibilidades de que tengan los fondos necesarios para proyectos importantes en América Latina.
Pero la industria está saliendo de una recesión que costó decenas de miles de puestos de trabajo y obligó a las empresas a recortar el gasto en proyectos costosos, como los que se encuentran en aguas profundas. Las principales petroleras se han comprometido a mantener un estricto control de los costos y sólo presentarán ofertas por proyectos que consideren más rentables.
Ejecutivos petroleros y especialistas de la industria dicen que la licitación de este miércoles en México fue atractiva por sus términos y el potencial de hallazgos en las aguas profundas del país.
En la subasta, que fue pública, el parámetro decisivo de la licitación fue el bono en efectivo que las empresas comprometieron. Shell ganó varias ofertas con bonos en efectivo que asombraron a la audiencia. México levantó de esta manera US$525 millones y se esperan inversiones por US$93.000 millones en 35 años.
"Competencia por capital". Luego de que México comenzó las subastas petroleras en 2015, tras una profunda reforma energética en 2013-2014 que acabó con el monopolio de 75 años de la petrolera estatal Pemex, el país modificó varias veces los términos de los contratos.
Pero la liberalización del sector petrolero, la apuesta más ambiciosa del saliente presidente Enrique Peña Nieto, arrancó justo cuando los precios del petróleo estaban desplomándose.
El Gobierno debió buscar un equilibrio entre la necesidad de obtener una ganancia suficientemente grande para el Estado para aplacar a los opositores de la reforma y asegurar que hubiese suficiente potencial de ganancias para las empresas para atraer a petroleras extranjeras.
"México entendió cuán dura era la competencia por el capital en un ambiente muy difícil de precios del petróleo", dijo a Reuters el consultor Pablo Medina.
Después de no adjudicar una gran cantidad de bloques en subastas anteriores, el Gobierno consideró un éxito el resultados de la licitación de esta semana.
Además de los límites a las regalías, las condiciones mejoradas para las empresas extranjeras incluían permitirles proponer áreas para incluirlas en las rondas licitatorias de contratos y relajar el proceso de calificación.
México también puso un tope a las promesas de inversión adicionales. Esto hace que sea más difícil que las empresas pequeñas ganen con promesas poco realistas, pero limita la inversión obligatoria en los proyectos.
"Los mecanismos han promovido y atraído la inversión", dijo Salvador Ugalde, jefe de la unidad de Ingresos sobre Hidrocarburos de la Secretaría de Hacienda de México, la entidad gubernamental que fija los términos fiscales de los contratos
"Lo que estamos buscando es que el mercado nos diga qué tanta regalía y qué tanto aporte fiscal se puede pagar", añadió Ugalde en una conferencia de prensa el miércoles tras la subasta.
Además de acabar con el monopolio de Pemex, la reforma energética de Peña Nieto obligó a la petrolera estatal a ceder áreas e incluso yacimientos para abrir espacio a las empresas privadas.
De la misma manera, hay quienes no están de acuerdo con la forma en la que el Gobierno busca atraer inversión suavizando los términos fiscales en los contratos petroleros.
"El régimen fiscal petrolero es una decisión política de cuánto consideras que vale tu recurso (...) por ser un patrimonio nacional, por ser un recurso escaso, un recurso valioso y tú fijas el precio que quieres como dueño", dijo a Reuters el académico de la UNAM, Víctor Rodríguez.
"A la hora de poner una regalía tan baja estás casi regalando, estás haciendo una venta de 'garage' porque quieres deshacerte de tu petróleo", añadió.
Brasil, que planea un apretado calendario de subastas para 2018, no espera que las subastas de México disminuyan el interés en sus propias ofertas, dijo Marcio Félix, secretario de petróleo y gas de Brasil. En la última ronda del país, en octubre, Shell y BP fueron los principales ganadores.
"Tenemos un grupo de empresas que tienen un apetito por cierto tipo de activos", dijo Felix a Reuters el jueves.