Con 70% de territorio soleado y una reforma energética que abrió las puertas a la innovación y las inversiones privadas, México inició una transición energética radical en favor de la energía eólica y solar que empieza a dar frutos. 

Es uno de los logros de la reforma energética de Enrique Peña Nieto, implementada en 2013: México está convirtiéndose en una potencia solar y eólica mundial. La energía solar en el país latinoamericano cierra el año 2017 con un incremento del 30%. Este aumento tendrá consecuencias para el costo de la electricidad, además sostenible, para miles de familias mexicanas.

Las reformas energéticas implementadas en América Latina en los últimos cinco años dan lugar a un desarrollo exponencial de las energías renovables. Chile, Perú, Honduras: varios países han decidido favorecer las energías limpias (solar, hidráulica, eólica, geotérmica, biomasa), menos costosas y más sostenibles.

México destaca por divorciarse parcialmente del gas y, sobre todo, del petróleo como fuentes de energía. Un paso gigante para el tercer mayor productor de petróleo en América Latina y el duodécimo en el mundo. México inició una transición energética radical en favor de la energía eólica y solar que empieza a dar frutos. 

Bajos costos. México es un país soleado: más de un 70% del territorio del país recibe 5 kilovatios de energía solar por cada metro cuadrado. Alemania, líder mundial en la energía solar fotovoltaica, recibe 1,2 kilovatios de energía por metro cuadrado. Un reporte de 2009 de la Corporación Alemana para la Cooperación Internacional llegó a la conclusión de que México podría generar toda su electricidad con una sola megaplanta solar en el desierto de Sonora; incluso le sobraría energía para la exportación.

Con paneles solares chinos (México no tiene todavía la tecnología adecuada), cuyo mantenimiento se limita a desempolvarlos, la energía solar mexicana es la más competitiva respecto a los costos de instalación. Además, un panel solar, que dura unos 25 años, permite disminuir los costos de la electricidad en un 95%, según Enlight, líder en el mercado mexicano. La empresa afirma que más de 160.000 viviendas mexicanas cuentan ahora con energía solar.

Un cambio es necesario. La energía solar fotovoltaica está en boga en México, no por lujo, sino por necesidad. Muy cara y limitada, la energía eléctrica fue siempre un problema para los habitantes de la Ciudad de México. La reforma energética de 2013 abrió el mercado de las energías convencionales y limpias a empresas privadas. Hoy una empresa privada puede explotar un parque solar en México y vender su energía al Estado.

Se aceptan también planes de generación de energía limpia para una zona en particular. La empresa italiana Enel aprovechó esta apertura legal para proponer su plan energético para el estado de Coahuila. Está construyendo el parque solar más grande de México y generará electricidad para 1.2 millones de hogares méxicanos en 2018. 

México ya tiene suficiente energía solar y eólica. El próximo desafío del país será no depender de las tecnologías desarolladas en otros países para explotarla.