Para el desarrollo de las actuales centrales nucleares se debio reconvocar a 800 especialistas que se habían alejado por el desmantelamiento del sector y se formaron 187 jóvenes profesionales, 242 técnicos y 1.300 soldadores nucleares, además de certificar a treinta empresas nacionales como proveedoras.
Buenos Aires. El titular de Planificación Federal, Julio de Vido, reflexionó en el Día Nacional de la Energía Atómica y al haberse aprobado esta semana el permiso de operación en la ex central Atucha ll, bautizada con el nombre de "Néstor Kirchner", en torno a los desafíos del área en Argentina.
De Vido destacó que "es fundamental que ante la alternancia constitucional que se producirá el año que viene" todos los sectores de la sociedad estén "convencidos que para desarrollarse nuestro país debe profundizar este proceso de reindustrialización, y exijan a los candidatos definiciones claras sobre qué piensan hacer en la materia".
De Vido reseñó las acciones que debió encarar el gobierno desde la asunción de Néstor Kirchner para recuperar esta industria y las comparó con la visión del ex presidente Juan Domingo Perón.
De Vido recordó que "la central Atucha II comenzó a construirse entre 1980 y 1982, avanzando muy lentamente con el retorno de la democracia, producto de la volátil situación económica que vivía el país y la falta de decisión y visión estratégica".
Evaluó cómo con las políticas neoliberales de los años 90 el sector se paralizó "definitivamente", dejando en la calle a "más de 3.000 personas" con lo que "parecía morir definitivamente el sueño de soberanía, tecnología y desarrollo con el que Perón había creado la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en 1950".
Desde el año 2006 en que se anunció el plan de reactivación para terminar la central Atucha II, "por un lado teníamos la obra civil con un gran avance y por el otro todos los componentes nucleares desarmados en carpas. Sólo contábamos con los planos y con los pocos técnicos que quedaban de la época en que estaban en marcha las obras", recordó de Vido.
Y valoró que "si entre 1994 y 2006 el material de la central pudo conservarse fue "gracias a los trabajadores".
"Desde 2006, el Estado ha invertido para concluir la central, con un 88% de componentes fabricados en nuestro país. Se ejecutaron 42 millones de horas hombre con una dotación de 6.000 personas en promedio, con un peak de 7.200 en agosto de 2010", anotó el ministro.
Dice que "debieron reconvocarse a 800 especialistas que se habían alejado por el desmantelamiento del sector y se formaron 187 jóvenes profesionales, 242 técnicos y 1300 soldadores nucleares, además se certificaron treinta empresas nacionales como proveedoras del área nuclear".
En 2011 se anunció la conclusión de las obras de montaje y se iniciaron las pruebas de los 566 subsistemas de la central, para luego verificar el funcionamiento de cada sector. Este proceso culminó con el inicio de la carga de agua pesada para poner en funcionamiento el reactor, producir vapor y generar energía eléctrica.
Para de Vido "el sector nuclear argentino está de pie y tiene futuro: la cuarta central nuclear, próxima a iniciarse también en el Complejo Nuclear Atucha con fuerte participación de la tecnología nacional o el Reactor de Potencia CAREM, el primero diseñado íntegramente en nuestro país que ya empezó a construirse, son dos pruebas cabales", comentó.