La tubería de 773 kilómetros de longitud, que sufre su parálisis más larga desde que comenzó a funcionar en diciembre de 1985, ha sido blanco de 53 ataques este año atribuidos al Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Bogotá. - La petrolera colombiana Ecopetrol no tiene una estimación de cuándo reanudará la operación del oleoducto Caño Limón-Coveñas, paralizado desde hace 161 días por ataques de la guerrilla del ELN y por el robo de crudo con válvulas ilegales, aunque trabaja para reiniciar el bombeo lo más pronto posible.
La tubería de 773 kilómetros de longitud, que sufre su parálisis más larga desde que comenzó a funcionar en diciembre de 1985, ha sido blanco de 53 ataques este año atribuidos al Ejército de Liberación Nacional (ELN), a lo que se suma el hallazgo de 23 válvulas ilícitas para la sustracción de crudo.
"La reanudación del bombeo dependerá de que se puedan verificar las afectaciones reportadas y se puedan hacer las reparaciones del caso. Para ello Ecopetrol y Cenit, filial de Ecopetrol y dueña del oleoducto, han venido trabajando sin descanso, utilizando todos los recursos posibles para superar esta situación", dijo la empresa al responder unas preguntas de Reuters por correo electrónico.
La suspensión del bombeo por los ataques al oleoducto, que tiene capacidad para transportar más de 200.000 barriles diarios desde los campos de producción en el departamento de Arauca operados por Occidental hasta un puerto en el Mar Caribe desde donde se exporta el crudo, comenzó el 10 de enero.
Aunque el ELN mantiene una negociación de paz en Cuba con el Gobierno y declaró dos ceses del fuego unilaterales y temporales para la reciente elección presidencial, no ha pactado un nueva suspensión bilateral de hostilidades y continúa con sus ataques.
La parálisis del bombeo no ha afectado la producción de los campos de Caño Limón debido a que el petróleo se está evacuando por otro oleoducto. Tampoco ha alterado las exportaciones, de acuerdo con Ecopetrol.
Desde que empezó a operar en 1985, el Caño Limón-Coveñas ha sido blanco de más de 1.400 ataques con bombas atribuidos a la guerrilla izquierdista que lo han mantenido fuera de operación por el equivalente a 11 años, ocasionando además el derrame de alrededor de 2 millones de barriles de crudo.
"En ningún momento se ha previsto dejar de utilizar este oleoducto. Somos los primeros interesados en que este sistema tan importante para la industria retorne a su normalidad. Para ello se está trabajando sin descanso de manera conjunta con las Fuerzas Armadas y las autoridades para alcanzar este objetivo", concluyó Ecopetrol.