Empresario autodefinido como conservador forjó un imperio multimillonario cuando decidió llevar la desnudez frontal total en su revista para hombres.
Washington. Bob Guccione, que llevó la desnudez frontal total a las revistas para hombres y construyó un imperio editorial multimillonario a partir de su revista insignia, Penthouse, murió el miércoles a los 79 años, dijo su familia.
Guccione murió en Plano (Texas) tras sufrir de cáncer durante un largo tiempo, dijo su familia en un comunicado enviado por correo electrónico a Reuters. Su esposa, April Dawn Warren Guccione, y dos de sus hijos estaban a su lado.
Considerado un arribista que peleó con Hugh Hefner y Playboy por convertirse en el número uno de las revistas pornográficas, Guccione desafió agresivamente a su rival mientras intentaba mantener a Penthouse dentro del marco legal.
El éxito económico surgido de la mezcla de fotografías subidas de tono, crónicas de investigación, ciencia ficción y columnas con consejos sexuales que contenía Penthouse permitió a Guccione lanzar otras revistas, la más notable entre ellas la publicación sobre ciencia ficción Omni.
También editó Forum, Variations y Penthouse Letters, revistas en formato bolsillo basadas en las columnas más populares de Penthouse. En 1979, Guccione produjo la película "Caligula".
Guccione también fue propietario de una de las mansiones más grandes en Manhattan.
Pero eventualmente perdió su imperio debido a la censura imperante durante las presidencias de Ronald Reagan, una serie de extravagantes negocios que fracasaron, y la llegada de la pornografía gratuita a través de internet.
Guccione se robó los titulares de la prensa mundial y provocó un suceso de ventas cuando publicó fotografías de desnudos de la Miss America, Vanessa Williams, en 1984 y de la estrella del pop Madonna en 1985.
En julio de 1988 y nuevamente en enero de 1989, Penthouse estremeció al ministro religioso de fama mundial Jimmy Swaggart con "confesiones" de mujeres que dijeron que representaron fantasías eróticas para Swaggart. Al predicador evangelista le retiraron su licencia ministerial.
Guccione se definía a si mismo como un conservador y adicto al trabajo, algo que entraba en disputa con su reputación de obsceno inspirada por sus revistas y con su vestimenta estándar, una camisa abierta hasta la cintura y varias cadenas de oro alrededor de su cuello.