La filial de Iberdrola ha planteado la posibilidad de este desarrollo de capacidad eólica marina dentro del proceso abierto a finales del año pasado por el Gobierno brasileño para pedir información preliminar a algunas compañías que operan parques eólicos en el país.
Neoenergia, la filial brasileña de Iberdrola, estudia impulsar la eólica marina en Brasil con el desarrollo a futuro de proyectos por hasta 9.000 megavatios (MW) de capacidad en las costas del país sudamericano.
De esta manera, la energética presidida por Ignacio Sánchez Galán se lanzaría al desarrollo de esta tecnología, de la que es una de las empresas pioneras y punteras en el mundo, en un nuevo mercado como el brasileño, donde ya cuenta con una amplia presencia en renovables, pero a través de la eólica terrestre y la hidroeléctrica.
La filial de Iberdrola ha planteado la posibilidad de este desarrollo de capacidad eólica marina dentro del proceso abierto a finales del año pasado por el Gobierno brasileño para pedir información preliminar a algunas compañías que operan parques eólicos en el país de cara a impulsar esta tecnología.
Aún así, el desarrollo de la eólica marina en el país sudamericano se encuentra todavía en una fase embrionaria, ya que no cuenta de momento ni con legislación ni con regulación, indicaron a Europa Press en fuentes del sector.
En concreto, Neoenergia ha planteado el desarrollo de estos proyectos por hasta 9.000 MW en las costas de tres estados del país (Río de Janeiro, Río Grande do Sul y Ceará).
Para cada uno de los complejos en los tres estados brasileños, Iberdrola propone la construcción de cuatro parques eólicos marinos de 750 MW cada uno de ellos.
En una primera fase, están siendo evaluadas todas las áreas de la costa brasileña con potencial eólico, de cara a, en una segunda fase, analizar también si cumplirían, entre otros, los requisitos medioambientales de la agencia medioambiental brasileña (Ibama), que debe elaborar la guía que regule los pertinentes estudios de impacto ambiental de los futuros parques eólicos marinos.
La industria estima que esta definición será clave para el futuro del desarrollo del sector en Brasil, que no arrancaría antes de entre siete y diez años, dado que después habría que poner en marcha las licitaciones y establecer los marcos para la venta de la energía eléctrica.
Apuesta por la eólica marina. Iberdrola incorporaría así las costas de Brasil a sus actuales ejes de apuesta por el impulso de la eólica marina, focalizados en las aguas del Mar del Norte, el Mar Báltico y Estados Unidos.
Actualmente, el grupo ya tiene en operación dos parques eólicos marinos: West of Duddon Sands, puesto en marcha en 2014 en el Mar de Irlanda; y Wikinger, en aguas alemanas del Mar Báltico y en funcionamiento desde diciembre de 2017.
Además, en Reino Unido, la compañía ultima la construcción de su mayor proyecto hasta la fecha, East Anglia One, que acaba de llegar al ecuador con la instalación de la mitad de los aerogeneradores y contará con 714 MW de capacidad. El proyecto será capaz de atender el suministro eléctrico de 630.000 hogares ingleses y representa una inversión de 2.500 millones de libras (unos US$2.500 millones).
Asimismo, Iberdrola va a desarrollar un nuevo macrocomplejo eólico en East Anglia, denominado East Anglia Hub y que incluirá los tres proyectos que tenía en cartera en esa zona: East Anglia One North, East Anglia Two e East Anglia Three. Con 3.100 MW de potencia instalada, requerirá una inversión de alrededor de 6.500 millones de libras (unos US$6.500 millones) y está previsto que su construcción, que durará cuatro años, arranque en 2022 y que en los próximos 10 meses se conozcan los principales proveedores.
En Estados Unidos, la energética está promoviendo el mayor parque eólico marino a gran escala del país, Vineyard Wind. Situado frente a las costas del estado de Massachusetts, sus 800 MW de potencia serán capaces de atender las necesidades energéticas de un millón de hogares.
En Alemania, la empresa se adjudicó dos nuevas instalaciones en el Báltico con una potencia total de 486 MW: Baltic Eagle y Wikinger Süd. Asimismo, en aguas francesas, sumará el proyecto de Saint-Brieuc, cuya entrada en operación se prevé para 2022 y que tendrá una potencia de 496 MW.
Con los proyectos en marcha, la compañía habrá instalado 2.000 MW eólicos marinos a finales de 2022, a los que se añadirán otros 1.000 más allá de ese año.
Además, Iberdrola se encuentra ante una gran oportunidad de crecimiento en esta tecnología, puesto que tanto en Reino Unido como en Estados Unidos existen ambiciosos objetivos de nueva potencia eólica marina para los próximos años, con unos 30.000 MW para 2030 en el primero de los países y 25.000 MW en el segundo, con diferentes horizontes temporales.
El grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán prevé destinar al negocio renovable el 39% (US$14.700 millones) de los 37.800 millones de inversión contemplados para el periodo 2018-2022.