El único bloque adjudicado en la licitación de este jueves fue para Petrobras, y la firma estatal CNODC, una unidad de China National Petroleum Corp, que presentó la oferta mínima. No hubo ofertas por otros cuatro bloques.
Río de Janeiro. Las principales petroleras del mundo le dieron la espalda este jueves a una segunda subasta en Brasil al dejar pasar la oferta de prometedores bloques mar adentro, obligando a las autoridades a reconsiderar un sistema de licitación que otorga una posición privilegiada a la estatal Petrobras.
El único bloque adjudicado en la licitación de este jueves fue para Petrobras, y la firma estatal CNODC, una unidad de China National Petroleum Corp, que presentó la oferta mínima. No hubo ofertas por otros cuatro bloques.
Analistas sostienen que las prometedoras perspectivas en el área presal de Brasil, donde hay miles de millones de barriles de petróleo atrapados bajo el fondo del mar, se están volviendo caras incluso para las grandes petroleras.
Los bloques de aguas profundas también requieren enormes inversiones de largo plazo en comparación con otros campos.
El gobierno derechista de Brasil prometió reformas favorables para el mercado y ha trabajado para reducir el papel de Petrobras en la industria energética para lograr que las empresas mejor capitalizadas puedan aprovechar sus vastas reservas.
Tras el nuevo fracaso en las subastas, funcionarios sugirieron que se debe hacer aún más, en particular eliminar el derecho preferencial de Petrobras para operar cualquier campo en el llamado "polígono presal".
Decio Oddone, jefe del regulador petrolero ANP, dijo que esos derechos especiales desanimaron a algunas compañías, y se mostró sorprendido por los resultados ya que esperaba que se adjudicaran al menos tres bloques.
Petrobras no presentó ofertas por dos bloques donde inicialmente había ejercido sus derechos preferenciales.
El miércoles, Brasil no logró adjudicar dos de los cuatro bloques de la subasta petrolera más ambiciosa de la historia del país, ya que las elevadas tarifas de participación y el dominio de Petrobras en la zona de "transferencia de derechos" (TOR, por sus siglas en inglés) asustaron a las grandes petroleras.