China considera las patatas como un nuevo tipo de alimento básico para garantizar la seguridad alimentaria, pero las aguas ricas en proteínas vertidas por los procesadores de almidón, importantes compradores del tubérculo, han sido culpadas por contaminar ríos y lagos.
Lanzhou. Científicos de China han desarrollado una forma de producir abono a partir de las aguas residuales vertidas por las plantas procesadoras de patatas, resolviendo así un problema de contaminación que ha obstaculizado el desrrollo de la industria de la patata en China.
China considera las patatas como un nuevo tipo de alimento básico para garantizar la seguridad alimentaria, pero las aguas ricas en proteínas vertidas por los procesadores de almidón, importantes compradores del tubérculo, han sido culpadas por contaminar ríos y lagos.
"Durante años, no ha existido una solución científica a este problema, lo que ha obligado a las autoridades medioambientales a cerrar más de 10.000 pequeñas plantas, dañando el mercado de la patata y a los campesinos que las cultivan", indicó Liu Gang, investigador del instituto de física química de Lanzhou de la Acadamia de Ciencias de China.
El equipo de Liu ha desarrollado la tecnología que puede reducir a la mitad la demanda química de oxígeno de las aguas residuales mediante la eliminación del almidón, la fibra y las proteínas. Tampoco es necesario verter el agua procesada, debido a que su alto contenido en nitrógeno, potasio y fósforo la convierten en la perfecta agua de riego.
Cuatro años de pruebas han revelado que el agua es inofensiva para los cultivos y tres compañías de almidón están usando en la actualidad esta tecnología para purificar sus vertidos.
China es el mayor productor de patatas del mundo, con 5,6 millones de hectáreas de este cultivo. Gracias a su resistencia al frío y las sequías, estos tubérculos se adaptan mejor al árido oeste y noroeste de China que el trigo y el arroz.
El Ministerio de Agricultura tiene el plan de expandir la superficie de cultivo de patatas hasta los diez millones de hectáreas con el fin de producir 50 millones de toneladas para el año 2020.
Las compañías chinas han desarrollado bollos, tallarines y otros productos hechos del almidón de patata, que son más familiares a los chinos como alimentos básicos.